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sábado,
08 de
septiembre de
2007 |
Llevó un arma a la escuela y dijo que fue por seguridad
Un alumno de 15 años causó un gran revuelo ayer a la mañana cuando acudió a clases armado con una pistola Bersa calibre 22. La aparición del arma, que no estaba apta para disparar porque tenía roto el gatillo, generó momentos de mucha tensión en la Escuela Técnica Nº 649 General José de San Martín, de Ayacucho e Hilarión de la Quintana, aunque luego se aclaró que el pibe no habría amenazado a ninguno de sus compañeros sino que la había llevado de su casa “porque se sentía amenazado por gente del barrio”, según consignaron fuentes policiales.
Eran cerca de las 9.30 cuando la directora del establecimiento, Raquel Víctori, recibió en su oficina la versión de que había un chico del primer año del polimodal que ingresó con un arma. Con una trayectoria de más de 20 años como responsable de esa escuela, Víctori contó que “nunca ocurrió algo así” y que el menor involucrado, cuya identidad se preserva por razones legales, nunca tuvo problemas de conducta dentro del colegio.
“Todo comenzó con rumores que llegaron a mí por parte de los propios chicos. Como los relatos tenían verosimilitud, llamé a distintos alumnos de ese grupo que me fueron confirmando que efectivamente había un arma en el primer año del polimodal. Los compañeros dieron datos de los estudiantes y convoqué a uno de los supuestos involucrados en el asunto, quien negó totalmente el episodio”, recordó la directora.
Pero la cuestión no quedó allí. “Pasó que las compañeras comenzaron a entrar en crisis e insistían en que el arma estaba. Entonces, lo primero que hice fue llamar al Ministerio (de Educación) y a la seccional 11ª de policía”, agregó la funcionaria. Los efectivos llegaron en pocos minutos a la escuela e iniciaron una requisa con la participación de mujeres policías.
El primer chequeo dio resultado negativo. Pero a los pocos minutos fueron convocados una vez más porque los propios alumnos insistían con la noticia.
“Unos chicos se sinceraron con una profesora. Estaba escondida en una rejilla del piso del mismo salón, cubierta con papeles de caramelo. Cuando llegó la policía se comprobó que tenía dos balas”, sostuvo Víctori.
El hallazgo del artefacto generó alarma no sólo en el personal, sino también en un grupo de padres que fueron alertados por sus hijos. Carlos, papá de una chica que asiste al curso donde ocurrió todo, estaba indignado. “Esos pibes estaban armados y amenazaban a sus compañeros y las autoridades no hicieron nada”, gritó en la puerta de la escuela.
Por su parte, el jefe de la seccional 11ª, Miguel Bourdieu, sostuvo que se trataba de una pistola Bersa calibre 22 que tenía dos balas en el cargador, pero que el gatillo estaba roto, por lo cual “no estaba apta para disparar”. El comisario consignó que en principio se demoró a dos adolescentes “porque no estaba claro cuál de ellos era el que la había llevado. Luego se estableció que fue un chico que vive en la zona sudoeste de la ciudad”.
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Los padres, con bronca, exigieron explicaciones a las autoridades.
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