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sábado,
18 de
agosto de
2007 |
Código moderno en una estructura obsoleta
Alfredo Ivaldi Artacho (juez de instrucción y docente )
Desde hace más de 25 años las cátedras universitarias de esta ciudad vienen diagnosticando la ilegitimidad e ineficiencia de nuestro sistema de enjuiciamiento y ya en 2005 la Corte Nacional calificó de “abiertamente inconstitucionales” a los sistemas como el vigente en la provincia.
El sancionado es un buen código, con lineamientos adecuados a la Constitución. Generaliza el mecanismo de audiencias orales y públicas, encarga la investigación de los delitos a la fiscalía, jerarquiza la defensa y permite intervenir a la víctima como parte acusadora. Además introduce alternativas para solucionar conflictos a través de la mediación.
Contempla la futura inserción de los jurados, busca un mayor respeto de la persona y más eficiencia en la persecución del crimen. Pero todos estos aciertos no garantizan que vayan a suceder de un modo eficaz. El proyecto dispone su entrada en vigencia para antes de julio del año próximo, lo cual es imposible en distritos grandes como Rosario.
Santa Fe necesita una transformación profunda del sistema que administra su justicia penal y es erróneo pensar que esto se realiza cambiando sólo una ley. Una reforma integral demanda una implementación responsable y profesional. Pero hasta ahora no se conoce el plan para su instrumentación.
Tal como ocurrió en Buenos Aires, un código de avanzada puede ser frustrante si no se reordenan las estructuras y recursos. No podemos aplicar un código de última generación con una estructura judicial obsoleta e insuficiente. Y no hablamos sólo de aplicar más dinero para ampliar las estructuras existentes, sino principalmente de romper con ellas y organizarlas de acuerdo a otro sistema de gestión. Esto es clave en cualquier proceso de reforma serio.
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