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 domingo, 12 de agosto de 2007  
La dictadura y los más chicos

Stella Maris Brunetto

En 1984 Hugo Paredero entrevistó a 150 niños de entre 5 y 12 años, de distintos lugares del país y de todas las clases sociales, sobre cómo habían vivido la última dictadura militar. El libro no se publicó en su momento, pero ahora sale a la luz por una inusual coincidencia: dos de esos niños interpelados escucharon hace poco tiempo al entrevistador en una audición de radio, recordaron su participación en la experiencia y ofrecieron su sello editorial para su publicación.

“Todo lo que andaba por ahí vivo se moría”, dice Diego, entonces de 9 años, sintetizando con cruda inocencia los años duros de la dictadura que percibieron desde la base de lo escuchado en la casa, lo negado o expresado en escuelas y clubes, en ronda de amigos o por televisión.

Cada uno aporta su concepción de lo que fue vivir entre los silencios impuestos, los ominosos momentos de la guerra de Malvinas, las siluetas de las Madres o los festejos de un Mundial que muchos entendieron como el desgraciado “pan y circo” romanos.

Organizado en torno a los tópicos más relevantes que condicionaron la época, el autor realiza un acertado trabajo de investigador permitiendo que los chicos digan lo que sintieron, lo que pensaron, todo lo que compartieron dentro y fuera de sus ámbitos de vida, lo que leyeron y estudiaron.

Y ahí radica la riqueza del texto: en la simpleza de sus inocentes expresiones que mezclan, muchas veces, la historia inmediata con hechos del pasado remoto, como cuando confunden las rondas de los jueves que realizaban las Madres en Plaza de Mayo con los paraguas de 1810. O los reclamos despojados de especulaciones a los gobernantes para que “paren” las inundaciones o hagan aparecer a los desaparecidos.

El agregado final que da cuenta del lugar de residencia de los chicos participantes y cómo se desarrolla hoy su vida, permite una lectura más precisa del libro: los que tenían familiares desaparecidos o eran hijos de policías, tanto como los que tuvieron hermanos o parientes combatientes en Malvinas tendrán una imagen de cada tema teñido por los mandatos familiares y el entorno inmediato; los que pertenecieron a la franja sin mayores compromisos darán cuenta del pasado en forma más edulcorada, casi como de manual de escuela, de lo vivido.

Unos y otros permiten que la guerra, la televisión, los secuestros, las marchas, lo que se daba en las escuelas, la pobreza, las elecciones, se muestren desde variados aspectos que se complementan, a veces, y chocan en otras, como en toda historia repasada.

Para los adultos que celebraron el retorno de la democracia y los primeros intentos de revisar el pasado, y para los que ocupaban los pupitres en esos años, el libro abre puertas y redescubre aspectos que a veces olvidamos porque nos hemos acostumbrado a escuchar solamente a los grandes. En síntesis, un recorrido que enternece, sorprende e instruye y que podrá usarse de muchas maneras, algunas para saber cómo se recuerda desde la altura de pequeños pensantes y otras para empezar a responder la pregunta del título.


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Hugo Paredero. Un trabajo revelador.

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