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domingo,
12 de
agosto de
2007 |
Para beber: viticultores
Gabriela Gasparini
Hay bodegas que parecen tener una relación especial con nuestra ciudad. Sus enólogos, o quienes están a cargo de difundir las novedades, no pierden oportunidad de darse una vuelta y presentar sus vinos en un ambiente donde prima la calidez y el humor, en síntesis, la buena camaradería.
Ese es el caso de Trapiche. Hace un tiempito estuvieron aquí haciéndonos probar una de sus últimas joyitas, el Malbec Single Vineyard (viñedo único) cosecha 2003. Este proyecto nació como una forma de expresar gratitud a los productores que les proveen las uvas para sus vinos, ya que las mismas no provienen sólo de viñedos propios, sino que más de 100 productores de distintas zonas aportan las suyas que crecen bajo la exhaustiva supervisión de los ingenieros y enólogos de la casa vinícola.
“El Malbec Single Vineyard fue concebido, según cuenta Marcelo Belmonte, director de viticultura de Trapiche, para comunicar el extraordinario potencial de la variedad de terroirs que posee Argentina para la producción de Malbec. Nuestra clasificación de viñedos se basa en la evaluación de la canopia y de las propiedades del suelo como así también en el manejo del agua. Este proceso, junto con el análisis sensorial de las uvas nos permite identificar las mejores zonas para el Malbec”. Cada año se seleccionarán los tres mejores vinos, elaborados con las uvas cosechadas por los viticultores que trabajan exclusivamente para la bodega, para comunicar uno de los principios básicos que rigen sus emprendimientos: la riqueza de la diversidad.
En la cosecha 2003 Trapiche eligió distinguir los vinos provenientes de los viñedos de José Blanco en Ugarteche, Felipe Villafañe en La Consulta y Pedro Gonzáles en El Cepillo, Valle del Uco, y homenajearlos poniendo sus nombres en la etiqueta. Cada uno con su historia, van dando cuenta de la pasión que los une a sus viñedos. A José Blanco le llevó cuatro años convencer al dueño de la finca que se la vendiera, pero estaba seguro que era el lugar indicado para obtener lo mejor de la tierra.
Su vino es de un rojo profundo con aromas concentrados de frutos rojos, con taninos suaves y maduros. En boca presenta aromas de fruta negra, chocolate, y roble. Pedro Gonzáles es un entusiasta que se ocupa del viñedo acompañado de Rosa, su esposa. Sus vides tienen una característica especial: las hojas son de un color verde claro y los peciolos son rojos. De nariz compleja, presenta notas de violetas, frutas y especias. En boca se pueden percibir taninos estructurados y aromas de ciruelas y cerezas, tabaco y humo, con un final sutil de madera.
Y por último, la historia más conmovedora de este emprendimiento, la de Felipe Villafañe, quien tenía 104 años cuando degustó orgulloso el vino con que se lo homenajeaba. Plantó las vides en 1948 y no dudó en cultivar Malbec, a pesar de los consejos que le decían lo contrario. Es que para él esa uva era la reina de las variedades, y no estaba equivocado, su vino es uno de los mejores exponentes. De un color rojo intenso con tonalidades violetas; en nariz se destacan las notas a ciruelas y especias. En boca sorprende la combinación de mermelada de cerezas, chocolate y vainilla, los ahumados del roble y los buenos taninos. Cuentan que después de recibir la noticia de que su vino había sido premiado en el exterior, Don Felipe le dijo a su esposa: “Ahora puedo descansar tranquilo”, se acostó a dormir y no despertó. Seguro que se fue soñando con esas uvas a las que les dedicó su vida.
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