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domingo,
12 de
agosto de
2007 |
Terapias
Alivio para experiencias dolorosas
Perder a alguien es un proceso doloroso de vivir. Un período que forzosamente tenemos que atravesar cuando alguien muere. “No somos nada”, dice la frase, porque así nos sentimos, “nada”, incapaces de pensar y de proyectar ante la ausencia de un ser querido.
Sin embargo respiramos, hemos sobrevivido y tenemos que seguir adelante. El proceso de aceptar lo inaceptable puede ser un trabajo duro, pero realizable. Sin embargo muchas veces se vuelve un tormento que se acarrea durante largo tiempo. A veces nos parece que va a durar para siempre con la imposibilidad de seguir siendo uno mismo después de lo que ha sucedido.
Pero no sólo la muerte puede dejarnos con esta carga de desaliento. Hay otros duelos como la pérdida de una relación de pareja o de una amistad que a veces dejan un bloqueo en nuestra vida afectando la autoestima.
Según investigaciones de la International Society for Traumatic Stress Studies, las sucesivas experiencias traumáticas vividas por un ser humano van dejando huellas o secuelas que se acumulan en sus circuitos cerebrales. Los duelos no elaborados constituyen una experiencia traumática cuyas repercusiones pueden alterar el equilibrio emocional, intelectual y físico.
Diversas problemáticas como fobias, ansiedad, síndrome de pánico, enfermedades psicosomáticas o depresiones crónicas pueden ser el resultado de un trauma único o de la acumulación de traumas no procesados. Se puede llegar a un punto en que estos problemas no mejoran por medio de la fuerza de la voluntad, el razonamiento o las conversaciones (estas en ciertas ocasiones contribuyen a empeorarlos).
Nuevas respuestas
¿Cuánto dura un duelo? ¿Cuánto y cómo debemos penar por nuestras pérdidas? Las terapias de avanzada traen nuevas respuestas para encarar esta problemática.Tanto la técnica de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (cuya sigla en inglés es EMDR) como las técnicas de integración cerebral producen un acortamiento y saneamiento de los procesos del duelo permitiendo:
Llevar los sentimientos de angustia a niveles tolerables.
Recuperar recuerdos gratos de los seres queridos que el estrés de la pérdida pudo haber bloqueado.
Reconectarnos productivamente con el aquí y el ahora y con los vínculos significativos de nuestra vida actual.
En los casos de rupturas de pareja o amistad, integrar y comprender lo sucedido fortalece la autoestima y la capacidad de proyecto.
Mejoría de los síntomas conectados con el estrés acumulado (fobia, pánico y estados de ansiedad generalizada).
Otras técnicas
Las terapias breves de avanzada acceden directamente a los circuitos cerebrales, estimulando al cerebro para procesar la sobrecarga acumulada y liberarse de la angustia. Según investigaciones y observaciones clínicas realizadas, el 80 por ciento de los pacientes experimenta una mejoría a partir del primer mes de tratamiento, y el 75 por ciento es dado de alta antes del primer año. La técnica de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) resulta especialmente indicada para el procesamiento de pérdidas y el alivio de fobias, ansiedad y pánico. La EMDR activa el sistema fisiológico de procesamiento de información del cerebro, estimulando el mismo mecanismo utilizado por la mente en el aprendizaje y la memoria identificado con el sueño REM. También se utilizan otras técnicas como complemento de la EMDR para acelerar los resultados.
Patricia D’Angelo
Psicóloga
[email protected]
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