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sábado,
04 de
agosto de
2007 |
El adiós a Polo
El pasado 16 de julio se fue sin despedirse nuestro amigo Julio Pedraza, a quien todos conocíamos como “Polo”. Sus últimos días quiso pasarlos en su casa de calle Suipacha, rodeado de sus infinitos recuerdos, sobretodo los de su amada esposa Blanca (quien lo había dejado exactamente 3 años atrás, ¿casualidad?). En su baúl de recuerdos dejó sus años como bailarín de música tradicional (siempre aclaraba que se llamaba así antes que se la denominara folclore), sus viajes por todo el país e incluso por Uruguay, llevando a cada rincón nuestras música y danzas. Supo cosechar muchísimos amigos, de todo el país, que albergaba en su modesto hogar cada vez que visitaban Rosario. Su casa fue por muchos años punto de encuentro de un nutrido grupo de amigos (con el tiempo formaron un grupo musical) que se deleitaban escuchando viejos discos, cantando, tocando, bailando y también comiendo (como el locro que hacía Blanca, que obligaba a comer por lo menos 3 platos). En su casa había guitarras, piano, bombo, charango y una gran cantidad de instrumentos de percusión.
No fuimos integrantes de ese grupo de músicos sino que lo que conocemos por lo que nos contaron... como por ejemplo lo del piano, que ni él ni ella lo tocaban pero resignaron ahorros para comprarlo porque su grupo de músicos amigos sí lo hacía. Pero más allá de su veta artística, fue un buen amigo que sabía escuchar y dar buenos consejos, que nos abrió las puertas de su casa y su corazón, que nos compartió su historia, su vida, sus tesoros (discos de pasta, acordes y letras de canciones, fotos, etcétera). Querido Polo, que descanses con mucha paz, siempre te recordaremos.
Ariel Lino Grimi
DNI 16.761.648
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