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domingo,
24 de
junio de
2007 |
Para beber: ¿bondades del vino?
Gabriela Gasparini
No deja de llamar mi atención la cantidad de artículos que versan
sobre las bondades que el vino tendría en lo que a la salud se refiere. Fue ese constante martilleo lo que me llevó a hacer una pequeña cosecha, juntando algunas de las últimas notas que leí. Debemos tener en cuenta que hay investigaciones que todavía están en el estado de ratones de laboratorio, pero los estudiosos se apuran en dar a conocer los resultados de sus experimentos. Quiero aclarar que lo que dice cada informe corre por cuenta de las lectoras.
Derrame cerebral. El vino tinto podría proteger el cerebro de los daños producidos a consecuencia de un derrame cerebral, y beber un par de copas al día podrían proporcionar esa protección. Un grupo de científicos de la Universidad Johns Hopkins alimentaron ratones con dosis moderadas de un compuesto que se encuentra en la piel y en las pepitas de las uvas tintas, el resveratrol, antes de producirles daños semejantes a los de un derrame cerebral. Así descubrieron que esos animales sufrían menos daños que los que, víctimas de una situación similar, no habían sido tratados con el resveratrol.
Cáncer. Según un nuevo estudio realizado por el doctor Joseph C. Anderson, adjunto de medicina de la Universidad de Nueva Cork, tomar más de tres copas de vino tinto a la semana reduce en dos tercios la incidencia de distintos tipos de cáncer (de próstata, de mama y leucemia, entre otros).
Problemas cardíacos. Un estudio realizado en hombres y mujeres entre 70 y 79 años ha revelado que aquellos que tomaban entre una y siete copas a la semana tenían un riesgo significativamente menor de morir, o de padecer problemas de corazón que quienes no bebían nada. El informe del Instituto del Envejecimiento de Estados Unidos y la Universidad de Florida reconoce que no está claro por qué se produce ese presunto efecto beneficioso.
Una vida más larga. Las personas que no beben vino viven menos tiempo (en términos estadísticos) que las que beben con moderación. El máximo beneficio comparativo se obtiene para las mujeres en el entorno de una copa, mientras que para los hombres el límite es de una a dos copas. El límite máximo de dicha moderación a partir del cual se entra en el terreno del exceso perjudicial, estaría en unas 2 ó 3 copas diarias en el caso de las mujeres, y de 3 a 6 en el caso de los hombres dependiendo de la zona geográfica. Esto surge de un artículo publicado en diciembre de 2006 en “Archives of Internal Medicine”.
El vino nos hace comer mejor. Las personas que beben vino tienden a comer alimentos más sanos que las que toman cerveza, según un estudio danés publicado en el portal digital de un semanario médico. El mismo revela que los clientes que compraron vino mostraron mayor probabilidad de adquirir aceitunas, frutas y verduras, pescado, carne sin grasa y productos lácteos que los que compraron cerveza.
El consumo moderado aumenta la inteligencia. Los bebedores moderados demuestran más inteligencia que los abstemios y que los que se exceden. Los resultados de una investigación de la Universidad Nacional Australiana, de Canberra, indican que beber de forma moderada estimula el cerebro. El estudio, realizado a 7.000 personas de 20, 40 y 60 años, muestra que las personas cuyo consumo de bebidas alcohólicas se mantiene dentro de ciertos límites tienen mejores habilidades verbales, memoria y velocidad de pensamiento. Esto fue todo. Las dejo para ir a tomar mi ración diaria.
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