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 domingo, 24 de junio de 2007  
El cazador oculto: “El desolador castigo de los zombies”

Ricardo Luque / Escenario

La muerte y el amor son los temas preferidos del cine. También, del psicoanálisis. Pero no importa. Aunque quizás sí, al menos cuando se revisa un clásico de Alfred Hitchcock como “Cuéntame tu vida”, que camina en el filo de la cornisa. Su argumento, que recrea el ambiente sombrío del thriller, revela a la culpa como la causa que impide alcanzar la plenitud del amor. Lo explicó Ingrid Bergman: “La gente se cree a menudo culpable de algo que nunca hizo. Normalmente es algo que se remonta a su infancia. El niño desea a menudo que le ocurra algo terrible a alguien, y si realmente le ocurre algo a esa persona, el niño cree que él ha sido la causa. Y crece con un complejo de culpa sobre un pecado que ha sido solamente un mal sueño infantil”. Sí, la misma Ingrid Bergman que, en el final de “Casablanca”, abandona al amor de su vida, sin una lágrima, sin una palabra, sin un atisbo de culpa, porque tiene que “hacer lo correcto”. “La Marsellesa”, el lejano ronroneo del motor de un avión, títulos. El amor en el cine. ¿Y la muerte? Puede aparecer estilizada, como en “El padrino”, cuando Marlon Brando cae, ante la mirada inocente de su nieto, entre las plantas que crecen en su quinta siciliana. O puede aparecer brutal, como en “Hostel”, donde no alcanza con arrancarle el último aliento a las víctimas sino que hay que hacerlo con crueldad, impiadosamente, como si la muerte sin dolor no tuviera sentido. Y ésa es la visión de la muerte de George A. Romero en “La noche de los muertos vivos”. Sus zombies no sólo están bien muertos, como sólo una mujer despechada podría matarlos, sino también vivos. Y lo peor, con una sed insaciable que nada ni nadie puede calmar. Sin el glamour del vampiro Lestat, que compuso tan atildadamente Tom Cruise, vagan por el mundo con su dolor a flor de piel. Su enfermedad, cantaría en un susurro el bueno de Andrés Calamaro. Como en la saga de “Exterminio”. Que alguien, por favor, les de un tiro en la cabeza.
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