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domingo,
11 de
marzo de
2007 |
Qué y cómo se mide
Ponderar cuando se trata de medir ingresos y capacidad de compra puede transformarse en fórmula superadora -para la construcción de políticas públicas- o una forma de ocultar la realidad. Quizás los principales cuestionamientos realizados por los analistas hacia la medición que realiza el Indec está vinculado con esto.
Según explicó Coniglio, en el año 1933 la incidencia del rubro alimentos y bebidas en el IPC era del 52,5%, bajó al 44,3% en el año 43 y ahora este ítem representa para el organismo oficial el 31,3% de los gastos de un hogar tipo.
Una encuesta privada indicó que los gastos en comestibles se llevaban actualmente el 40% del salario de una familia.
Mucho más irreal se transforma la ponderación cuando se observan los números en las distintas provincias. "No se mide la regionalidad y se piensa en Capital", se quejó Coniglio, quien recordó que por ejemplo en el rubro esparcimiento -con una ponderación del 8,6% en el IPC- están incluidas cuestiones como el turismo, equipamiento de audio, TV o PC, revistas y juguetes y la atención de animales domésticos y cuidado de plantas, casi privativos para muchos hogares argentinos.
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