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sábado,
10 de
marzo de
2007 |
En defensa de Tessio
No tengo trato ni conozco personalmente a la doctora Griselda Tessio. Creo, asimismo, no haber compartido acto institucional alguno en la época de mi actuación en la función pública. Vale lo dicho para discernir con las que considero injustas apreciaciones de la carta de lectores, edición del 17 de febrero, cuestionando la decisión de la doctora Tessio de asumir la candidatura a vicegobernadora de la provincia acompañando en la fórmula a Hermes Binner. La trayectoria de quienes en Argentina han luchado por paz y justicia merece respeto y adhesión, pero no puede transformarse en aval para toda postura que parezca derivarse de aquellos objetivos. Curioso es que los firmantes muestren preocupación por quien ha de suceder el brillante desempeño que le cupo a la ahora cuestionada. Una elemental lógica indicaría que esa preocupación debería dirigirse hacia los responsables de esa sucesión y no quien ha hecho una elección de vida absolutamente legítima. Preocupación que debería fortalecerse más en ciudadanos vinculados a la lucha por los derechos humanos en una provincia donde miembros de su máximo tribunal han sido digitados entre amigos y parientes de los mandamases de turno (reconocido cínicamente por alguno de ellos). En una provincia donde avanza la impunidad para los responsables políticos y funcionales de tragedias como las muertes del 2001 o las inundaciones de Santa Fe, pese a los esfuerzos que hicimos para crear una comisión investigadora de estos hechos y la cerrada oposición del oficialismo y sus insólitos socios (¿quizás los mismo de ahora?); en una provincia al borde de la condena internacional por el insólito mantenimiento de regímenes procesales penales que constituyen rémoras en una sociedad civilizada; y en una provincia donde cárceles y comisarías son depósitos de seres humanos y fábrica de delincuentes me pregunto si todos estos no son derechos humanos por los que vale la pena luchar y si ello no puede hacerse desde un cargo de importancia en la provincia. Me pregunto si existe alguien más calificado que la doctora Tessio para afrontarlos.
Angel M. D'Ambrosio
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