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 sábado, 10 de marzo de 2007  
Pobres vs. pobreza

El crecimiento de la pobreza en los últimos años fue alarmante. El gobierno continúa con las políticas que en su momento sirvieron de paliativos para las personas que siguen estando por debajo del nivel de la pobreza. Esta situación empeora cada día. Hay conflictos mediáticos, de pobres contra pobres; la clase media baja sufre de xenofobia con los negros y con los pobres, están convencidos de que son los causantes de la inseguridad y de la violencia reinante. No queremos reflexionar, optamos por el simplismo y nos vamos a los extremos, nos convertimos en jueces, y como decimos vulgarmente, metemos a todos en la misma bolsa. Los trabajadores sin trabajo, precarizados con salarios de hambre y de vergüenza, caben en esa bolsa; al igual que esos otros trabajadores que se organizan para recuperar su fuente de trabajo y son reprimidos; también están aquellos que son dueños de la tierra, hoy expulsados y perseguidos por reclamar lo que les corresponde; en esa bolsa grande también entran los viejos jubilados _pobres y en la miseria_; juntamente con los niños y jóvenes discriminados y condenados a una vida sin posibilidades de futuro, como así también las trabajadoras del sexo, los cartoneros, chicos de la calle, adictos, discapacitados, etcétera. Muchos de los que se ocupan de llenar esa bolsa, hacen corrupciones múltiples y negociados ocultos, manipulan a la opinión pública y manejan los medios de comunicación con ocultamiento de la información. Construyen muros para obstruir el crecimiento y el bienestar de la sociedad. La inseguridad y la violencia no la generan ni los negros, ni los pobres. El análisis es más profundo, el mal de esta sociedad, que crea luchas desiguales entre los poderosos de siempre y el pueblo empobrecido, la generan las políticas orquestadas para agudizar la pobreza. La pobreza no termina con un Plan Jefes o un bolsón, sino dándole participación a los protagonistas de la construcción de un país. Salvar al pobre no es tanto darle pan como ayudarlo a enfrentar su destino y a superarse por sus propios esfuerzos.

Adriana Noemí Diez (Cañada de Gómez), DNI 13.448.3
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