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| lunes,
15 de
enero de
2007 |
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Café del Bajo
Café del Bajo
-Cuando en oportunidades se hace mención a todas las situaciones difíciles por las que pasa el ciudadano argentino para poder mantener una vida medianamente buena, se debería retrotraer, volver mentalmente al pasado y examinar cuando comienza esta tragedia que se repite una y otra vez a lo largo de la historia.
-Analizando la vida de los pueblos, Candi, se llega a la conclusión de que los habitantes de ciertos países fueron históricamente sojuzgados de una u otra forma. Salvo breves períodos en los que gozaron de cierta libertad, siempre vivieron bajo el yugo de otra potencias. Países latinoamericanos, africanos, algunos asiáticos, es decir naciones que fundamentalmente pertenecen a la porción sur y entre tales, claro, la República Argentina.
-Para mí, Inocencio, las desgracias de Argentina, y sin que esto signifique repudiar todo lo bueno que tuvo la colonización, comenzaron cuando a nuestra Madre Patria se le ocurrió enviar a los colonizadores que llegaron paradójicamente con la cruz en la mano izquierda y con la espada presta en la derecha. Nuestros hermanos, los aborígenes, que hasta ese momento habían vivido en libertad y sin sobresaltos, asistieron de pronto a una sorprendente situación: desconocidos barbados y armados, les arrebataron los alimentos, las mujeres y los territorios. Conculcaron su cultura, su rica y hermosa espiritualidad y en el nombre de la civilización y de Dios (¡vaya clase de creyentes!), los esclavizaron y sometieron. De esto ya hemos hablado alguna vez, pero no está de mas recordarlo.
-Coincido totalmente, y en muchos casos, como ocurrió con la sabia tribu de los Comechingones, los exterminaron.
-Pero llega un punto de la historia en dónde se observa que no sólo el conquistador español devastó a los aborígenes. Cuando tras el afán de libertad los hijos de españoles y mestizos se unieron para lograr la independencia, no tuvieron en cuenta al indio y al gaucho. Muy por el contrario, esa burguesía argentina, con su brazo armado, inició campañas tendientes a destruir lo que quedaba del pueblo autóctono. La campaña del desierto fue una muestra de ello. Entonces tenemos que los españoles fueron crueles y los burgueses argentinos también. ¿No hay en esto cierta similitud con lo que ha ocurrido después?
-Claro, después vino "la década infame": el Estado rico, pero el pueblo pobre y otros ciclos por el estilo. A tantos años del comienzo de esta tragedia argentina, se puede decir que así como en la época de la colonización los aborígenes que se salvaban eran llevados a las encomiendas y sólo tenían derecho a un plato de comida, para luego volver a las tareas rudas que no tenían otro propósito que servir al imperio, así los pobres e indigentes de hoy, en algunos casos directos descendientes de aquellos pueblos primitivos y en otros descendientes de aquellos mestizos y de aquellos europeos, padecen falta de recursos económicos e intelectuales. Se los deja a las buenas de Dios, en otra suerte de encomienda. Pregunto: ¿algo ha cambiado? Mañana sigo con el tema.
Candi II
-Cuando en oportunidades se hace mención a todas las situaciones difíciles por las que pasa el ciudadano argentino para poder mantener una vida medianamente buena, se debería retrotraer, volver mentalmente al pasado y examinar cuando comienza esta tragedia que se repite una y otra vez a lo largo de la historia.
-Analizando la vida de los pueblos, Candi, se llega a la conclusión de que los habitantes de ciertos países fueron históricamente sojuzgados de una u otra forma. Salvo breves períodos en los que gozaron de cierta libertad, siempre vivieron bajo el yugo de otra potencias. Países latinoamericanos, africanos, algunos asiáticos, es decir naciones que fundamentalmente pertenecen a la porción sur y entre tales, claro, la República Argentina.
-Para mí, Inocencio, las desgracias de Argentina, y sin que esto signifique repudiar todo lo bueno que tuvo la colonización, comenzaron cuando a nuestra Madre Patria se le ocurrió enviar a los colonizadores que llegaron paradójicamente con la cruz en la mano izquierda y con la espada presta en la derecha. Nuestros hermanos, los aborígenes, que hasta ese momento habían vivido en libertad y sin sobresaltos, asistieron de pronto a una sorprendente situación: desconocidos barbados y armados, les arrebataron los alimentos, las mujeres y los territorios. Conculcaron su cultura, su rica y hermosa espiritualidad y en el nombre de la civilización y de Dios (¡vaya clase de creyentes!), los esclavizaron y sometieron. De esto ya hemos hablado alguna vez, pero no está de mas recordarlo.
-Coincido totalmente, y en muchos casos, como ocurrió con la sabia tribu de los Comechingones, los exterminaron.
-Pero llega un punto de la historia en dónde se observa que no sólo el conquistador español devastó a los aborígenes. Cuando tras el afán de libertad los hijos de españoles y mestizos se unieron para lograr la independencia, no tuvieron en cuenta al indio y al gaucho. Muy por el contrario, esa burguesía argentina, con su brazo armado, inició campañas tendientes a destruir lo que quedaba del pueblo autóctono. La campaña del desierto fue una muestra de ello. Entonces tenemos que los españoles fueron crueles y los burgueses argentinos también. ¿No hay en esto cierta similitud con lo que ha ocurrido después?
-Claro, después vino "la década infame": el Estado rico, pero el pueblo pobre y otros ciclos por el estilo. A tantos años del comienzo de esta tragedia argentina, se puede decir que así como en la época de la colonización los aborígenes que se salvaban eran llevados a las encomiendas y sólo tenían derecho a un plato de comida, para luego volver a las tareas rudas que no tenían otro propósito que servir al imperio, así los pobres e indigentes de hoy, en algunos casos directos descendientes de aquellos pueblos primitivos y en otros descendientes de aquellos mestizos y de aquellos europeos, padecen falta de recursos económicos e intelectuales. Se los deja a las buenas de Dios, en otra suerte de encomienda. Pregunto: ¿algo ha cambiado? Mañana sigo con el tema.
Candi II |
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| ¿Considera seguro el trazado vial del puente Rosario-Victoria?
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"El estado de salud de Isabel no debe influir en la extradición"
Carlos Slepoy
Abogado en causas españolas dederechos humanos
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