Lifschitz tras los pasos de San Martín

Dialogó con La Capital a 2.500 metros de altura, en el camino del Libertador. El intendente durmió en las montañas en bolsa militar y junto a gente de todo el país

Pablo Procopio / La Capital

Al intendente Miguel Lifschitz, como a todos, le duele el trasero. Acaba de desensillar de un caballo sobre el que estuvo tres horas y media a unos 2.500 metros de altura, esquivando piedras, sobrepasando cursos de agua, transpirando a centímetros de precipicios y hasta trotando cuando era necesario. Quien no sea un experto en la materia, tarde o temprano lo va a sufrir. Y mucho más si se trata de un novato, situación que al parecer no es la del intendente.

  Cada vez que pudo, se animó a cabalgar. De joven en el campo de un tío y, en ocasiones, en ciertos veraneos. Por eso, después de la insistencia de los responsables de la Asociación Cultural Sanmartiniana Cuna de la Bandera, se lanzó a la experiencia.

En un tordillo. Le dieron un tordillo en vez de una mula quizás para preservarlo un poco. “Acá vas a estás mejor”, le dijeron. Probablemente la mula sea ideal para estas lides pero suele sorprender por terca. Junto a 95 personas Lifschitz forma parte del 9º cruce de los Andes con tracción a sangre, como lo hizo José de San Martín, pero 190 años antes. Sin dudas, la única forma de comprender lo que 5 mil hombres, 16 mil mulas y 1.600 caballos protagonizaron durante su epopeya independentista. El jefe del Palacio de los Leones es la primera figura política de magnitud que forma parte de la expedición.

  La columna avanzará unos 17 kilómetros hasta completar 32 al final de la jornada. La idea en este tramo es unir Polvaredas y Puente del Inca. El trayecto se dividió en dos partes, por la mañana y por la tarde.

El almuerzo. La travesía matinal arribó a Punta de Vacas, donde se hizo un alto para almorzar y Lifschitz dialogó con La Capital.

  “Me pareció interesante darle respaldo a esta importante experiencia”, dijo al equipo de este diario que también quiso vivirla a fondo.

  Federico está en otra, charla y se divierte con un grupo de su edad. El hijo varón del intendente, de 15 años, no dudó en engancharse cuando su papá se lo pidió. Padre e hijo iniciaron la travesía ayer cuando el resto tenía una ventaja de cuatro días. La de la víspera fue la recorrida más extensa.

  Poco antes de que una mujer le pida una foto, el intendente valorizó el perfil del Libertador. “Tal vez es la figura más paradigmática del nacimiento de la Argentina y quizás la más completa como militar, estadista, gobernante y ser humano”, expresó. Porque el ambiente obliga a pensar en el heroísmo de aquellos hombres que en enero de 1817 cruzaron la cordillera tras 21 días.

  “En la inmensidad de estas montañas uno imagina la fuerza de voluntad y la convicción que tuvo un hombre para arrastrar tras de sí a miles de personas a una aventura incierta”, dijo el intendente mientras marchaba al frente de una fila compuesta por 95 personas en unos 500 metros de extensión. Delante de todos, marcando el paso, la Virgen de Luján.

Lifschitz integró la columna de 95 personas que se lanzó al Cruce de los Andes.