Marín se fue a Paraguay y los refuerzos no llegan a los rojos

Llegó uno y se fue otro. Empatados. Así está el panorama de Independiente en el arranque del 2007, que por cierto tiene preocupado al técnico Jorge Burruchaga. El paraguayo Carlos Báez ya se sumó a su plantel y como contrapartida, ayer partió el colombiano Vladimir Marín, adquirido por Libertad de Paraguay.

El plantel rojo completó ayer su primera semana de trabajo en Villa Domínico y ayer sufrió su primera baja, la de Marín, quien había impresionado bien en la primera parte del torneo Apertura pero en los últimos partidos ni siquiera ocupó el lateral izquierdo por sus bajas actuaciones. Por eso Burruchaga, pese a que sólo llegó Báez (además retornó Lucas Pusineri), no puso obstáculos en que se vaya.

El presidente de Libertad, el poderoso empresario guaraní Horacio Cartes, informó a medios de ese país que compraron el 50 por ciento del pase de Marín, por lo que el colombiano se sumará la próxima semana y estará en condiciones de disputar la Copa Libertadores.

La única buena para el rojo es que liberó otra plaza de extranjero, aunque las gestiones por los refuerzos no vienen con la rapidez que quisiera Burruchaga. De hecho, se encararon varias negociaciones pero hasta ahora sin mayor resultado, como la del ex Newell's Sebastián Domínguez, la del lateral-volante de Boca José María Calvo, el volante de Belgrano Mario Bolati, el de Lanús Agustín Pelletieri y el defensor Cristián Alvarez, hoy en España.

Con este panorama, el plantel rojo se reunirá mañana para emprender el viaje a Mar del Plata, donde el martes enfrentará a Racing en el arranque del pentagonal de verano. Y a partir de ahí se pasará enero arriba de un avión.

El miércoles 10 regresa a Buenos Aires y entrena en Villa Domínico y al día siguiente parte a Mendoza para jugar el 12 ante San Lorenzo. Luego vuelve a Buenos Aires y el 14 se va a Salta, adonde permanecerá hasta el 27 y se medirá con Boca y River. El 29 retorna a Avellaneda y el 2 vuelve a La Feliz para jugar con Estudiantes. Después sí, de nuevo a casa a esperar el inicio del Clausura.

Montenegro, el estandarte rojo.