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domingo,
07 de
enero de
2007 |
Umberto Eco, maestro de los
laberintos, cumple 75 años
Ningún otro escritor de éxito escribe libros tan refinados, tortuosos y atrapantes como Umberto Eco. Novelas policiales plenas de suspenso y a la vez cargadas de profundidad, ocurrencia y referencias histórico culturales.
Este autor italiano se burla de la división tradicional entre literatura de entretenimiento y seria, algo que no es bien visto por todos, y por ejemplo no está entre los favoritos al Nobel pese a que a sus 75 años -cumplidos anteayer- es uno de los más importantes autores de nuestro tiempo.
"El nombre de la rosa" ha vendido más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo, con una historia que combina un thriller de monasterio con el acercamiento al lector a la mentalidad de la Edad Media.
Ironías
.Ya sea en El péndulo de Foucault 1988 La isla del día de antes 1994 o Baudolino 2001 Eco combina de forma magnífica las tramas con una ironía refrescante y lleva a sus héroes por laberintos de pensamiento filosóficos y científicos todo ello combinado con flash-backs sueños y fantasmas mentales
Nada es lo que parece. Página a página hace que el lector vaya desvelando los secretos; todo está construido de manera meticulosa, nada queda al azar.
Pero pese a ello Eco permanece humilde. "Un narrador no puede inventar nada superior al drama y la comedia de la realidad", afirma este profesor universitario.
"Cuanto más investigamos la historia, nos topamos con más situaciones increíbles, que inspiran novelas", asegura.
Eco reconoce públicamente que en su épico libro "Baudolino", que transcurre en la Edad Media, se atiene en la descripción del rey Barbarrossa y su mujer de forma bastante exacta a las fuentes históricas, en un rasgo de sinceridad que no suele ser habitual entre los escritores.
Un largo camino
Todo eso pese a que Eco no es en su origen un escritor de ficción sino un investigador Hijo de un librero de la localidad de Alessandria en el norte de Italia estudió filosofía en Turín trabajó en los medios y editoriales y en 1971 se convirtió en profesor de semiótica Ha sido profesor invitado en Brasil Estados Unidos y Argentina
Habla sobre todo, está presente en todas partes, desde literatura y filosofía a las series de televisión. Casado con una alemana, la capacidad de Eco para las apariciones públicas le han valido la calificación un tanto maliciosa de "Pavarotti de la semiótica".
"Nadie me cree cuando digo que al escribir novelas no pienso en la teoría", afirma este autor de bestsellers que en su vivienda de Milán tiene una biblioteca con más de 20.000 libros. l (DPA)
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