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domingo,
07 de
enero de
2007 |
El costo económico que trae el recalentamiento del planeta
Estiman que el mundo deberá pagar seis trillones de dólares. El impacto en Argentina
Para los científicos es una certeza. Para los políticos, casi ciencia ficción. Para los economistas, una variable que ya no puede ser descartada a la hora de trazar escenarios estratégicos a corto y mediano plazo. El recalentamiento del planeta, un fenómeno sobre el cual el mundo académico alerta desde hace más de una década ya no es sólo un argumento de película.
La publicación hace pocos meses del informe Stern, un documento supervisado por un prestigioso economista del establishement internacional, sacudió la modorra de los gobernantes europeos al ponerle cifras al costo futuro del cambio climático.
La Argentina, donde todavía no existen proyecciones a largo plazo, no quedará fuera del impacto económico que significa la modificación de los parámetros climáticos que fueron la norma en los últimos 150 años.
Aquí y ahora
Son muchas las voces que alertan sobre el recalentamiento del planeta. Según la oficina meteorológica británica, una de las más antiguas y prestigiosas de Europa, este año la temperatura mundial promedio puede marcar un récord al alcanzar los 14,54 grados, casi medio punto más que la media histórica de 14 grados.
A pesar de las repetidas advertencias de parte de los científicos, el cambio climático y sus consecuencias recién entraron a la agenda grande después de un trabajo publicado en octubre pasado por Nicholas Stern, ex economista en jefe del Banco Mundial y asesor principal en cuestiones económicas de Tony Blair.
Según ese informe, el calentamiento global podría costarle unos seis trillones de dólares a la economía mundial en los próximos años y provocar una recesión comparable a la de los años 30.
Un aumento de dos grados en el promedio global -algo que vaticinan casi todos los pronósticos- significaría por ejemplo la desaparición de todos los glaciares andinos, con la consecuente disminución del acceso al agua dulce en muchas regiones americanas.
Según ese informe, sólo en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), las inversiones en infraestructura que deberán hacerse para adaptarse al cambio climático serán de entre 15 y 150 miles de millones de dólares por año.
Dos grados más también significan rendimientos agrícolas reducidos en muchas zonas del planeta y mayor presión migratoria.
Escenario argentino
El costo ocasionado por las nuevas condiciones climáticas es alto. Si se consideran las pérdidas como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), Argentina resulta uno de los 14 países más afectados por las inundaciones con pérdidas estimadas en más del 1,1 por ciento de su PIB.
Ese es uno de los datos más destacados de "El cambio climático en la Cuenca del Plata", un trabajo hecho por el Banco Mundial.
Falta de estudios
Vicente Barros, profesor titular de Climatología y director de la maestría en Ciencias Ambientales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), es uno de los autores de ese informe. "Es seguro que habrá impactos sobre la economía, pero todavía faltan estudios en Argentina para determinar con exactitud su dimensión", explicó el científico.
Aún así, Barros contó que el aumento gradual de las temperaturas subirá la evaporación de ríos de llanura y de montaña, lo que repercutirá sobre la generación de energía y también sobre la producción agropecuaria.
"No dudo que tendremos una pérdida de capacidad para producir energía hidroeléctrica cuando más lo necesitemos, o sea cuando empiece a sentirse la escasez de combustibles fósiles como el petróleo, en 10, 20 o 30 años", dijo el especialista, quien explicó que esto se originará por la creciente evaporación de los ríos del norte del país.
Otro punto sensible es la producción agropecuaria, donde según Barros Argentina puede perder competitividad por dos razones cruzadas: el calentamiento de las zonas del norte del país y la posterior reducción de la frontera agrícola; y la entrada al mercado mundial de nuevos actores que se beneficiarían de los cambios climáticos, como Canadá.
"Chaco, Formosa e incluso el norte de Santa Fe pueden sufrir sequías invernales más prolongadas y severas que las actuales, lo que va a afectar sus capacidades productivas", subrayó.
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Chaco, Formosa, e incluso el norte de Santa Fe podrían sufrir sequías invernales.
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