Río retorna a la calma y se prepara para el Año Nuevo

La policía reforzó la seguridad tras la ola de violentos ataques contra comisarías y colectivos

Río de Janeiro. - La policía ocupó ayer 10 barriadas en un intento de asegurar a la atemorizada población que las fiestas de Fin de Año serán pacíficas y después que una ola de ataques provocó esta semana la muerte de 18 personas. El comandante general de la policía Hudson Aguiar dijo que 20.734 agentes, un aumento del 20% con respecto a 2005, serán desplegados durante Fin de Año y que la policía entró en diez de las más conocidas barridas o favelas de Río para mantener el control.

Se espera que cerca de dos millones de personas -medio millón de turistas- copen la playa de Copacabana mañana por la noche para asistir al show de música y fuegos artificiales (el Reveillon) que marcan el cambio de año.

El Secretario de Seguridad Penitenciaria, Asterio Pereira, dijo a la cadena radial CBN que los servicios de inteligencia policiales sugerían que no habrá una repetición de los ataques vistos desde la medianoche del miércoles y hasta el jueves en Río, donde existen 712 barriadas.

Pero el miedo a más incendios hizo que las 48 empresas de transporte público de Río retiraran de las calles sus vehículos, sin previo aviso, por lo que centenares de personas quedaron a pie. Entre las víctimas hubo siete personas que murieron quemadas dentro de un colectivo incendiado por las bandas criminales. También murieron otros dos civiles, dos agentes policiales y siete supuestos bandidos.

La Secretaría de Seguridad Pública había dicho el jueves por la tarde que un tercer agente herido había muerto, pero en la jornada aclaró que el policía falleció en un incidente no relacionado con los ataques. Al menos siete hombres han sido detenidos, entre ellos tres a los que las autoridades señalan como responsables de incendiar la madrugada del jueves un autobús de pasajeros.

El Secretario de Seguridad Pública de Río, Roberto Precioso, dijo que los ataques fueron un intento de mostrar la fuerza de la bandas a las nuevas autoridades que asumirán el gobierno del Estado el 1º de enero.


Preocupación por el turismo
Los incidentes hicieron sonar las alarmas de la industria del turismo porque se produjeron cuando Brasil se prepara para el inicio de su temporada alta con la llegada del verano. Ya el sector turístico estaba preocupado por recientes problemas en las operaciones de los 67 aeropuertos del país y que la semana pasada alcanzaron su cenit en un caso de miles de pasajeros atascados en las terminales debido a la sobre venta de boletos.

Funcionarios del gobierno desestimaron el impacto de los ataques en Río, pero admitieron que crea un problema de imagen del país. "Tenemos que trabajar para minimizarlo o eliminarlo", dijo José Francisco de Salles Lopes, director de investigaciones de la estatal Empresa Brasileña de Turismo (Embratur).

Los ingresos por turismo de enero a noviembre pasado fueron de 3.900 millones de dólares, poco por encima de los 3.800 millones de dólares registrados para el mismo período de 2005, de acuerdo con datos de Embratur.

La cifra, dijo Lopes, hubiera sido mayor en unos 300 millones de dólares si no hubiera habido otra crisis local que golpeó al sector turístico. En junio, la aerolínea bandera de Brasil, Varig, redujo el número de vuelos a EEUU y a Europa.

A fines de septiembre, un avión de la aerolínea Gol se estrelló en una región selvática y murieron sus 154 ocupantes, en la peor tragedia aérea del país.

Estrictos controles en las áreas más conflictivas de Río de Janeiro.