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sábado,
30 de
diciembre de
2006 |
El valor dela palabra y la participación
La historia del alumno que movilizó el debate sobre cómo se ejerce la
democracia en la escuela
¿Cómo se enseña la democracia en la escuela si no hay diálogo entre alumnos y docentes? ¿Cómo se la enseña si los problemas cotidianos no pueden resolverse por medio de esta herramienta casi natural a la tarea de enseñar y aprender, que es la palabra?
El hecho por el que un alumno del Normal Nº 1 de Rosario fuera demandado judicialmente por una profesora, por haberle cuestionado la actitud asumida ante los exámenes fue tapa de los medios del país. Por suerte se resolvió como debió ser siempre: por la mediación.
Sin embargo, la valentía y decisión tomada por el estudiante de defender una causa que consideró justa desde el inicio, sirvió para que se abriera el debate sobre cómo se ejerce la autoridad en la institución escolar, los espacios de participación estudiantil, además de remover adormecidas estructuras. A la profesora se le otorgó licencia y la rectora del establecimiento fue removida de su cargo.
La convicción que llevó a Juan Pablo Calandria, el alumno del Normal Nº1, a pedir que se revisara la actitud de la docente de matemática Ana María Degano, animó a que muchos rompieran el silencio de años y se solidarizaran con Juan Pablo. Es que como dijo Paulo Freire: “La coherencia entre lo que decimos y hacemos establece límites a la tolerancia e impide que ella derive en complicidad”.
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Fotos
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La profesora de matemática Ana María Degano, escoltada por la policía, en una de las presentaciones en Tribunales.
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