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sábado,
30 de
diciembre de
2006 |
La vivienda está en la zona sudoeste
Amenazó con prenderse
fuego ante un desalojo
Iba a perder su casa debido a una deuda por la compra de un equipo de música, pero la medida fue suspendida
Una mujer amenazó con prenderse fuego si la desalojaban de su única vivienda, ubicada en Balcarce 4278 y que está a punto de perder por la deuda que contrajo por la compra de un equipo de música en 1999 en plena crisis económica. El drama se desató cuando tanto ella como su hermano quedaron desocupados y no pudieron asumir el compromiso de pago. Desde entonces vivió horas de angustia y de zozobra en un intenso vaivén judicial. Ayer, sobre el filo del mediodía, la medida quedó suspendida debido a la feria judicial.
Ana María Toranzo vive con su hermano y un sobrino de 14 años en una casa sencilla de la zona sudoeste de Rosario. Desesperada, la mujer anunció ayer que estaba dispuesta a morir rociándose con nafta y prendiéndose fuego si intentaban desalojarla de su vivienda, sobre la que pesa un juicio por una deuda contraída en 1999. En aquel momento ambos compraron un equipo de música valuado en 1.900 pesos por el que firmaron varios documentos en un local de la calle San Martín al 4900.
Apenas contraída la deuda, tanto Toranzo como su hermano perdieron sus empleos. “Ya no pudimos seguir levantando los documentos que eran de unos 190 pesos”, relató la mujer. Además dijo que en un momento le ofreció a su acreedor devolver el equipo que ya no podía seguir pagando. “Me respondió que no le interesaba esa porquería, que quería la propiedad”, recordó y agregó que en 2001 llegó el primer aviso de la marcha de un juicio en su contra.
Según Toranzo, el 19 de abril de 2001 hubo un intento de remate que habría quedado sin efecto. Además dijo que, en forma sucesiva, confió su defensa a dos letrados sin encontrar ningún tipo de respuesta. “La fui peleando como pude”, comentó la mujer que en el mes de julio de 2006 recibió una intimación para desalojar su única vivienda.
“Nunca me negué, lo único que pedía eran plazos para pagar”, dijo Toranzo y también contó que se puso al día con los impuestos a través de la moratoria municipal. El jueves por la tarde un oficial de Justicia y el abogado de su acreedor se presentaron para hacer efectivo el desalojo. Toranzo se atrincheró en su casa y la medida no se pudo concretar. “Me voy a rociar con nafta y me prendo fuego”, reiteró después de que su caso había tomado estado público.
Al mediodía, y a punto de entrar la Justicia en la feria, el desalojo se suspendió, según explicaron a La Capital desde el estudio de Rubén Adolfo Esquivel, actual abogado de Toranzo. La mujer trabajó hasta el 2000 en un comercio de calle San Luis que cerró sus puertas.
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