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sábado,
30 de
diciembre de
2006 |
Cantando por
un sueño
El lunes 18 de diciembre me sorprendió una oración poco feliz, sobre todo por provenir de alguien a quien admiro, respeto y valorizo mucho: Cristián Hernández Larguía. La transcribo textualmente: “la auténtica, no la de los numerosos, pretendidos y fallidos imitadores”. No sé a quienes iba dirigida, por lo visto a varios, que seguramente son amantes de la música, y que con mayor o menor edad y talento, también realizaron esfuerzos para que sean varias las noches en que los rosarinos eleven sus cantos al Nacimiento del Señor y que ese espléndido escenario sea aprovechado cada vez más para deleite de la gente de nuestro pueblo. ¿No es hermoso que una buena idea haya prendido en mucha gente? ¿Qué variable hace que la Navidad sea auténtica? No lo entiendo. Estoy dentro de las personas que no pertenecen a su muy prestigioso coro, lo he ido a escuchar y he sentido verdadero placer en compartir esos momentos, pero también y quizás aún más, pudiendo cantar y escuchar a sus “imitadores”. Que su idea haya tenido efecto multiplicador debería ser un orgullo, digno de hacer llegar su felicitación a quienes también se esfuerzan para brindar a Rosario lo mucho o poco que saben. Los argentinos tenemos que aprender a sumar, creo que el acendrado individualismo que nos caracteriza es uno de los mayores males por el que no hemos podido crecer aun todo lo que soñamos que el país se merece. Es ésta una espontánea reflexión que sólo tiene el objeto de transmitir paz y amor.
Nelly Puccio
DNI 1678072
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