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domingo,
10 de
diciembre de
2006 |
Un incendio dejó en la calle a una familia
Ocurrió el mediodía de ayer en Alvear al 3900. Los Zambrini perdieron su casa
y todas sus pertenencias
Una familia afincada en la zona sur perdió todo lo que tenía al desatarse un incendio que arrasó su vivienda. Las llamas llegaron a propagarse a dos viviendas linderas que sufrieron daños menores y, mientras el siniestro era combatido, hubo escenas de pánico entre los vecinos de la manzana. Así y todo, y pesar de la rapidez con que se desató el desastre, no hubo heridos y el fuego tuvo que ser sofocado por tres dotaciones de bomberos Zapadores y Voluntarios.
"No pudimos hacer nada. Cuando nos dimos cuenta esto era un desastre. No nos podíamos acercar. Ahora nos quedamos sólo con la ropa puesta", señaló José Zambrini, el dueño de la casa prefabricada de tres dormitorios ubicada en Alvear 3928 que quedó reducida literalmente a un montículo de desperdicios calcinados. Junto a un grupo de vecinos y amigos, Zambrini removía los restos de la vivienda con la esperanza de poder recuperar algo de lo mucho que perdió.
Restos humeantes de camas, cocina, heladera, calefón, ropa, mampostería y de todo lo que había en la casa formaban un espeso colchón en el piso, bajo el impiadoso sol del mediodía que convertía al lugar en una postal de desolación. Las causas del incendio todavía no se conocen.
Zambrini, quien trabaja como colectivero, contó que los hechos se desencadenaron mientras él y su familia (esposa y tres hijos de 12, 16 y 19 años) almorzaban en la casa de su tío, que ocupa la parte delantera del terreno. No hubo explosión ni ninguna otra cosa que anunciara el siniestro. Entonces, un vecino les avisó que salía mucho humo de la casa de José. "Cuando fuimos para atrás ya había tanto fuego y humo que no se podía hacer nada", comentó el dueño de casa.
El incendio alcanzó rápidamente la cocina, el comedor y las tres habitaciones de la propiedad. Todo se complicó cuando el fuego comenzó a propagarse a dos casas linderas. En una de ellas, que está detrás de la de Zambrini, las llamaradas tomaron parte del techo. En la otra, que está al lado, causó daños menores.
El siniestro fue de tal intensidad que al lugar tuvieron que acudir dos dotaciones de Bomberos Zapadores y una de Voluntarios. Los primeros trabajaron por Alvear, mientras que los segundos lo hicieron por Presidente Quintana.
Unos familiares de Zambrini también resultaron afectados por el desastre. Habían llegado hacía poco de Ceres, en el noroeste santafesino, para hacer una consulta médica en Rosario y se habían hospedado en la casa de José. Ayer no sólo perdieron sus pertenencias, sino también toda la documentación, estudios y hasta medicamentos recetados para un largo tratamiento. La solidaridad de vecinos y allegados a la familia no se hizo esperar. Cuando los restos de la vivienda todavía humeaban se organizaron para ayudar a José a empezar de nuevo.
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Fotos
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Los Zambrini y sus vecinos buscan algo para rescatar.
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