El último adiós a Puskas

El mundo del fútbol y del deporte en general, la clase política húngara y miles de ciudadanos anónimos dieron ayer un emocionado adiós al futbolista Ferenc Puskas en un funeral con honores de jefe de Estado celebrado en el estadio nacional de Budapest. Más de 10.000 personas, muchas de ellas portando velas, rindieron homenaje a Puskas cuando su féretro hizo entrada en el césped del estadio que el crack tantas veces pisó. El ataúd, cubierto con la bandera húngara, reposó durante la ceremonia en un enorme pedestal rodeado de antorchas y junto a un mural con su rostro de su etapa de jugador. En las pantallas gigantes se mostraron imágenes de Puskas jugando al fútbol, gambeteando y anotando goles con su mágico pie izquierdo. Puskas brilló en la década del 50 en aquella selección húngara que perdió increíblemente la final del Mundial de Suiza 54 ante Alemania. Contratado por Real Madrid, ganó varias Ligas de Campeones junto a Alfredo Di Stéfano, uno de sus mejores amigos. Como corresponde a un funeral de Estado, todas las banderas del país ondearon a media hasta ayer, declarado un día de luto nacional en Hungría.