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domingo,
10 de
diciembre de
2006 |
Frutos secos: sensación de saciedad
Como es sabido, la obesidad, considerada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), está alcanzando niveles alarmantes en todo el mundo: en América latina alcanza al 48% de la población, y ciertas ciudades de los EE.UU. muestran cifras todavía más altas. Derivadas de la obesidad crecen enfermedades como la diabetes, los episodios de ataque cardiovasculares o las complicaciones renales.
La OMS viene apoyando el desarrollo de líneas de investigación a partir de supresores naturales del apetito. Ya se venía observando desde hace tiempo que tanto las nueces como los piñones y las almendras ejercían una función de saciedad. A partir de ese conocimiento se analizaron los efectos de los aceites contenidos en esas frutas sobre la actividad hormonal. "La colecistoquinina (CCK) es una de las hormonas intestinales más estudiadas, responsable de la supresión del apetito al inducir la disminución de la velocidad del vaciado gástrico", afirma la doctora Susana Socolovsky, consultora técnica en temas de regulación alimentaria y desarrollo de alimentos funcionales.
Basándose en la síntesis de un estudio sobre el efecto de sensación de saciedad provocado por los ácidos grasos del Pinus koraiensis (comúnmente conocido como piñón coreano), Socolovsky, doctora en ciencias químicas y ex investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), presentó su ponencia en la Tercera Jornada de Lípidos, Nutrición y Salud organizada por la ASAGA (Asociación Argentina de Grasas y Aceites: www.asaga.org.ar), que se realizó en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En el encuentro relató que estudios previos ya habían demostrado que los ácidos grasos derivados de los piñones de esa especie vegetal originaria de Oriente, inducían la liberación de grandes cantidades de CCK por parte de las células secretoras del intestino en comparación con lo observado en ácidos grasos de otros piñones (existen más de 144 especies de piñones que varían en cuanto a la concentración del ácido pinolénico).
Mientras el piñón italiano, tan popular en las mesas navideñas argentinas, tiene un 0,35% de ese ácido, el coreano tiene un 15%. A partir de esta característica, se diseñó un estudio en humanos para medir la variación de los niveles de CCK en sangre a partir de la ingesta de alimentos producidos con el citado ácido. Participaron personas con un peso promedio de 76 kilos y un índice de masa corporal entre 25 y 30. Se les dio un desayuno frugal y a las 4 horas se les suministró una barra de cereal preparada con 3 gramos de aceite del citado piñón. Los pacientes fueron monitoreados durante cuatro horas en las que se les evaluó la saciedad en base a una grilla que medía el efecto sensorial, el cognitivo, el de la post-digestión y el de la post-absorción. Ya en las dos primeras muestras de sangre tomadas a los 30 y a los 60 minutos, se comprobó un aumento significativo de CCK.
"Lo más interesante es que se verificó que no solamente retarda la sensación de apetito, sino que puede determinar una mejor saciedad que se prolonga cuatro horas después de la ingesta", acotó la especialista. Socolovsky manifiesta que en Europa y en los Estados Unidos, el aceite de piñón coreano ya es un producto comercial protegido por patentes, y que con él "se están fabricando cápsulas de gelatina, barras de cereales y yogures". Sin embargo aclaró que "por ahora, por cuestiones de seguridad, se sugiere un consumo de hasta 6 gramos por día", y agregó que "el segmento de los alimentos supresores del apetito ya representa un 13% del mercado del control de peso en el mundo".
Cristina Susana Gozzi
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