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domingo,
10 de
diciembre de
2006 |
Cocina: sabores de vida
Quique Andreini / La Capital
Hoy , mi querida amiga, le sugiero una receta donde podrá combinar sabores de verduras, langostinos, quesos y hierbas. Y como postre, un budín de manzana muy fácil de preparar.
Langostinos gratinados
Ingredientes:
3 docenas de langostinos
1 limón
1 zanahoria
1 apio
1 puerro
1 pote de crema de leche
n 1 copa de vino blanco
sal y pimienta
1 cucharada de pimentón
queso gruyere rallado
laurel y perejil
Limpie y quite las cabezas y los caparazones de los langostinos (no los tire porque los va a usar) rocíelos con jugo de limón y guárdelos en la heladera. Ponga en una cacerolita las cabezas y los caparazones, cúbralos con agua y añada la zanahoria, el apio, el puerro, el laurel y el perejil, todo cortado en trozos. Sazone y añada la copa de vino. Cocine a fuego fuerte durante media hora.
Retire y cuele reservando el caldo. Coloque dentro del caldo los langostinos y deje calentar a fuego bajo unos minutos, condimente con sal, pimienta y pimentón; por ultimo incorpore la crema de leche. Vierta la preparación en una fuente para horno, cubra con el queso gruyere rallado y deje gratinar en el horno por unos 10 minutos.
Budín de pan con manzanas
Ingredientes:
1 taza de compota de manzana sin jugo
1 taza de miga de pan
1/2 taza de azúcar
ralladura de limón
1/4 taza de pasas de uvas
2 huevos batidos
Mezcle todos los ingredientes en una budinera acaramelada, y cocine a baño María hasta que esté firme. Desmolde y sirva.
Había una vez.....
Cuentan que había una vez una hormiguita trabajadora y servicial. Se la pasaba acarreando hojitas de día y de noche. Su vida transcurría trabajando. Un día fue a buscar comida y para sorpresa al llegar al estanque vio cómo un lirio se abría y surgía una hermosa y delicada flor. Se acercó y le dijo: "Hola, ¿quién eres?", la florcita contestó: "Soy un lirio". "¿Sabes que eres muy bonito?", dijo la hormiguita. Y el lirio respondió: "Gracias. Tú eres muy simpática, ¿quién eres?" Soy una hormiga.
Y así la hormiguita y el lirio siguieron conversando haciéndose grandes amigos. Cuando iba a anochecer la hormiga regresó a su casa, no sin antes prometer al lirio que volvería al día siguiente. La hormiga descubrió que admiraba a su nuevo amigo y pensó: "Mañana le diré que me encanta su forma de ser". Y el lirio al quedarse solo se dijo: "Me gusta la amistad de la hormiga, mañana cuando venga se lo diré".
Al día siguiente la hormiguita se dio cuenta de que no había trabajado nada. Como decidió quedarse a trabajar, reflexionó que iría mañana a visitar al lirio para decirle que lo extrañaba. Al día siguiente amaneció lloviendo, y la hormiga no pudo salir de su casa. Al tercer día fue al estanque pero encontró al lirio en el suelo sin vida. La lluvia y el viento habían destrozado su tallo. Entonces la hormiguita pensó: "Que tonta fui, mi amigo se fue sin saber cuánto lo quería. Estoy arrepentida." Y así fue como ambos nunca supieron lo importante que eran.
Moraleja: no esperes al final de tu vida para arrepentirte, ni esperes el mañana para soñar, y por ningún motivo dejes de decirle a una persona que la quieres.
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