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 domingo, 10 de diciembre de 2006  
Un académico brasileño recorrió la biblioteca de un cartonero

El bibliófilo y miembro de la Academia Brasileña de Letras (ABL), José Mindlin, de 92 años, visitó ayer la biblioteca del cartonero "sin techo" Severino Manoel de Souza, quien creó una biblioteca en un edificio ocupado en el centro de San Pablo, donde reside.

Mindlin, dueño de la mayor biblioteca particular de Brasil, fue a conocer el acervo de unos 15.000 volúmenes de libros y revistas que Souza, de 56 años, recolectó en su trajín como cartonero.

"Todos los días llego a casa, me baño y ceno. Mi postre son cuatro o cinco hojas de un libro" le contó el cartonero al "maestro".

Mindlin confesó haberse sorprendido con los ejemplares disponibles en la colección de Souza. "La cantidad no es la mayor referencia. Lo importante es ver la calidad de lo que existe aquí", comentó.

Souza comenzó a coleccionar sus libros, hallados en las calles y basureros de San Pablo, en el año 2000. En 2005, cuando había recolectado unos 600 volúmenes, inauguró la biblioteca en el sótano del edificio ocupado, y a partir de ese momento comenzó a recibir múltiples donaciones hasta llegar a los 15.000 volúmenes actuales.

Los libros son prestados a las cerca de 1.780 personas "sin techo" que ocupan los 20 pisos del edificio. Todos están registrados en una computadora de la biblioteca, que fue donada por una empresa de reciclaje de papel.

Entre los autores que privilegian el acervo de Souza están los brasileños Machado de Assis, Erico Veríssimo y Jorge Amado, y el colombiano y premio Nobel de literatura Gabriel García Marquez.

El ilustre visitante de la biblioteca "popular" recorrió la pequeña sala acompañado por su hija, Diana Mindlin, de 62 años, quien le iba dictando los nombres de las obras.

Para poder ver las tapas de los libros Mindlin se valió de una lupa, ya que está impedido de leer a raíz de un problema en la vista al que calificó de "injusticia de la suerte".

Dijo que conversará con el secretario municipal de cultura, Carlos Augusto Calil, sobre la situación de la biblioteca de Souza, porque teme que la situación irregular de la ocupación del edificio pueda perjudicar el trabajo del cartonero. (DPA)
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