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domingo,
10 de
diciembre de
2006 |
Por qué romper ahora con un largo silencio
Por qué Juan Ignacio Alvarez Gortari decidió romper el silencio ahora y no durante su propia gestión en la ciudad, entre 2003 y 2006, cuando descubrió las irregularidades, fue una de las preguntas obligadas. El diplomático aseguró haber mantenido un "perfil bajo" porque el Ministerio de Asuntos Exteriores de quien depende "no quiere escándalos"; sin embargo, señaló que con las últimas declaraciones de su sucesor sintió que "estaba en juego el honor, ni el ministerio ni nada. Estamos sólo Dios y yo".
Ante esa situación, Alvarez Gortari no sólo denunció las irregularidades, sino que además sindicó a los responsables. "Estoy dando nombres y apellidos, o sea personas a las que les han falsificado la documentación. Y eso primero es un delito", aseguró el funcionario, quien además volvió sobre el canciller Hernández Illáñez y dijo: "Ha denegado a miles de ciudadanos argentinos con ascendencia española la ciudadanía por haber superado la edad de optar; sin embargo, a Castro se la dan a los 46 años. Y, en ese marco, se puede ver el lado trágico de la historia. Si usted ve a los miles de africanos que mueren diariamente para llegar a este país, bueno pues habría que decirles que en Rosario vayan a pedirle a Hernández Illáñez la nacionalidad porque por plata o por amiguismo se las regala".
Ahora, ante todo, Alvarez Gortari exige el cumplimiento de la ley: "Pienso que si España es un Estado de derecho que lo es, hay que aplicar la ley -continuó-. Aquí estamos en presencia de varios delitos con nombres y apellidos, lo que significa una vergüenza y una deshonra para España. Por todo eso, he decidido no callarme más".
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