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 domingo, 10 de diciembre de 2006  
Medicamentos en riesgo

En el gran titular de La Capital del 29 de octubre pasado, el Colegio de Farmacéuticos de Rosario denuncia que “el 80 por ciento de los quioscos de la ciudad venden medicamentos”, aclarando que es una “práctica prohibida”. Práctica adoptada también en muchos pueblos de la provincia, como ser Chabás, que es donde yo vivo y puedo contar que unos meses atrás al ver el remedio que una señora había comprado en un quiosco, me asusté porque nunca pensé que se arriesgaran a tanto y más sabiendo que los venden sin saber de qué se trata. Reaccioné como profesional farmacéutica (ya retirada) hablando por una radio del pueblo para advertir que era un riesgo adquirir medicamentos en el lugar equivocado, teniendo en cuenta que en Chabás como en todo pueblo y ciudad existen farmacias cuyos titulares _universitarios_ son quienes le garantizan la atención segura de cada medicamento que entregan. Las farmacias no son comercios, están autorizadas y controladas para que las personas sepan que allí pueden confiar su salud. Claro está que cuando meses después leí sobre lo denuncia del Colegio de Farmacéuticos y averigüé que todo seguía igual en Chabás, nuevamente hablé por la radio local, buscando quién era el responsable de controlar esa venta ilegal. Era lógico pensar que en un pueblo como el mío, con un gobierno bien organizado, que es quien habilita el funcionamiento de todo comercio,y con un departamento de bromatología, con su titular profesional universitario, eran los que sin tanta burocracia podrían comprobar esa “práctica delictiva” y con muchos farmacéuticos del pueblo que colaborarían. Busqué y encontré la verdad, el control de los quioscos (sobre medicamentos y alcohol) lo debe hacer el gobierno provincial a través de Inspección y también con el titular de bromatología del departamento y de un testigo inspector comunal, para solamente, atestiguar el procedimiento. ¿Por qué se complica todo cuando cada pueblo está preparado para resolverlo? En Rosario está Inspección de Farmacias y Bromatología municipal autorizada. ¿Por qué en tantos años tal cantidad de ilícitos fue en aumento, y en Chabás también? Tal vez sea cuestión de nuestros representantes legislativos para que simplifiquen lo complicado. Lo bueno es que en mi pueblo varios quiosqueros ya eliminaron los medicamentos y eso es dignidad. Y esa palabra me recuerda lo que nunca debemos olvidar: lo ocurrido en Misiones que nos ha dado la mejor enseñanza de comportamiento humano. Fue un ejemplo de dignidad que honró a todos los argentinos. Honor para el pueblo misionero.

Haidé Z. de Garello


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