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 sábado, 09 de diciembre de 2006  
Editorial
El tango también es rosarino

La celebración, pasado mañana, del día del dos por cuatro ha dado pie a numerosas propuestas que lo ponen en el centro de la escena. Joven y renovado, el género musical urbano argentino por excelencia también posee sólidas raíces en esta ciudad, no siempre suficientemente reconocidas.

Pasado mañana se celebra un día muy especial: el del tango. Tradicionalmente asociado en primera instancia con Buenos Aires e inmediatamente después con Montevideo, el género musical urbano por excelencia de la Argentina también se desarrolló en Rosario, ciudad de características muy semejantes a las mencionadas dado su carácter portuario y su origen fuertemente popular, ajeno a perfumes aristocráticos.

No es de tal modo, sin embargo, como habitualmente se la reconoce. A pesar de su historia teñida de ribetes arrabaleros, con el tradicional barrio de Pichincha como orgulloso estandarte flameando en el pasado, Rosario todavía es contemplada como una urbe vinculada estrictamente con la vasta y variopinta oleada inmigratoria, forjada con su propio esfuerzo a partir del trabajo duro.

Y por cierto que es así, pero el tango es mucho más que la versión de malevos y orilleros que tan bien escribió Jorge Luis Borges. A partir del aporte seminal de Pascual Contursi desde el célebre "Mi noche triste" y profundizando tales rasgos en la década del treinta -pese al duro golpe que fue la crisis económica gestada en el "crac" de 1929- y sobre todo en la del cuarenta, punto cenital del tango canción, el género fue abandonando su punto de partida marginal para incorporarse paso a paso a la vida de cada sector social, desde las aristocracias hasta la fundamental clase media.

El tango, hasta bien entrada la década del cincuenta, fue un elemento central del devenir cotidiano rosarino. Parte de su intransferible carácter, entonces, y más allá de eventuales porcentajes, se gestó frente al Paraná, en la ciudad sin fundador. Por eso es tan importante que los rosarinos valoren el género, que en los últimos tiempos ha experimentado una resurrección notable y hoy es escuchado -y bailado- por numerosos jóvenes.

Lúcidamente, la Secretaría de Cultura municipal ha realizado múltiples y variadas propuestas para celebrar el día del dos por cuatro. Desde charlas dictadas por reconocidos especialistas hasta la proyección de videos, pasando por las infaltables y entrañables "milongas", el tango vivirá a pleno una semana cargada de afectuosos homenajes. Y lo que acaso deba ser visto como el aspecto más valioso de tales reconocimientos es que en muchos casos no se vincularán de modo unidireccional con la siempre peligrosa nostalgia, sino que se posicionarán decididamente en el presente para proyectarse, audaces, hacia el futuro.

Larga vida al tango, que resume lo mejor que han dado los argentinos.
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