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 sábado, 09 de diciembre de 2006  
El padre Ignacio Peries calificó al gigante crucifijo como "una señal de paz"
El padre Ignacio inauguró la enorme cruz de barrio Rucci
La convocatoria religiosa por el día de la Inmaculada Concepción movilizó a Obeid, Binner y Lifschitz

Las actividades por el día de la Inmaculada Concepción en Rosario cerraron con la inauguración de una cruz gigante de 12 metros de altura, iluminada y bañada de pétalos de rosas en la zona norte de la ciudad y con una ceremonia religiosa oficiada por el padre Ignacio Peries. La fiesta había comenzado bien temprano con una correcaminata en los alrededores de barrio Rucci. Los actos contaron con la participación del gobernador Jorge Obeid, el intendente Miguel Lifschitz y del empresario metalúrgico René Francovigh, quien aportó la mayoría de los fondos para la mole de cinco toneladas que desde ahora se erige en Palestina y Camino de los Granaderos.

La movida de Ignacio comenzó hacia las 9.15 con la largada de la maratón desde calle Pintor Musto y bulevar Rondeau, siguió por esa arteria hasta Triunvirato (en la zona de Portal Rosario Shopping) y luego los dos mil maratonistas que le pusieron el cuerpo a la idea del cura regresaron por la mano contraria de la avenida hasta completar unos nueve kilómetros.

Una vez que llegó el último corredor, comenzó la caminata desde Portugal y Rondeau hasta el puente Rosario-Victoria, completando unos cuatro kilómetros. Allí se hicieron presentes tanto Lifschitz como el diputado nacional y candidato a gobernador por el Frente Progresista, Hermes Binner, entre los cinco mil fieles que prefirieron la caminata. Ambos funcionarios, lucieron ropas informales y hasta el propio intendente se atrevió al jogging para caminar cómodo. Luego Peries bendijo las medallas y las camisetas de la correcaminata.

Los festejos estuvieron resguardados por un operativo que estuvo integrado por 60 inspectores de Tránsito y personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM). Además, se habilitaron para los conductores las colectoras de Rondeau para su circulación.


Doce metros y cinco toneladas
Por la tarde, los festejos por la anunciación del nacimiento de Jesucristo tuvieron su plato fuerte. Hacia las 19.30 fue el turno de la procesión, que fue desde la parroquia Natividad del Señor hasta Palestina y Camino de los Granaderos, donde se erige la sólida estructura en forma de cruz de doce metros de alto y cinco toneladas de peso.

La idea surgió del metalúrgico Francovigh y fue confeccionada en su propio taller como señal de agradecimiento a la contención espiritual que Peries tuvo para con el empresario en momentos de crisis.

Justamente, en medio de la misa que se celebró por la noche, al pie de la gran cruz, el cura ceylandés comentó que, ante la crisis económica, el metalúrgico no sabía si debía despedir a los empleados, pero luego todo se encaminó. "Pedimos que Dios bendiga la cruz, que sea una señal de trabajo, un signo de paz, que llegue la sanación física y espiritual, una manera de significar la cruzada del espíritu santo para seguir sembrando amor", dijo en un tramo de su sermón Peries.

Francovigh, un confeso colaborador del padre Ignacio, explicó que esta cruz se inauguró el año pasado en un santuario de Castelmonte (Italia) "y al encontrarla y haberla visto pedí información y los planos para construirla aquí". Además del aporte privado, hubo fondos de los gobiernos provincial y municipal.

Tras la misa, llegó la entonación del Himno Nacional, ceremonias por la celebración de los 40 años de la Cruzada del Espíritu Santo en Rosario y finalmente una palabras a cargo de Obeid y Lifschitz.

El intendente aseguró que a partir de ahora "Rosario suma un nuevo símbolo", al recordar que el 27 de Febrero de 1812 se inauguró el primer pabellón nacional, en una ciudad donde miles de hombres y mujeres construyeron las instituciones más emblemáticas, entre ellas las iglesias.

"La cruz enclavada en el límite norte y en un barrio humilde simboliza que cada uno tenga su recuerdo del esfuerzo y el sacrificio", dijo el jefe comunal. Trascartón, el gobernador consideró que este símbolo "un emblema de la paz, es la bienvenida a los que llegan a la ciudad, que está protegida por la Virgen del Rosario". También hubo una referencia para Francovigh quien "dio muchas muestras de solidaridad anónima" y un agradecimiento especial a Peries "quien trajo el mensaje del evangelio a Rosario y ayudó a los enfermos y a los pobres".

La escalera mecánica de los bomberos le dio el broche de oro a la noche. Desde allí se arrojaron pétalos de rosas al instante en que se iluminó la cruz. La bendición fue hecha por el arzobispo local, monseñor José Luis Mollaghan, mientras estallaban en el aire los fuegos artificiales.
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La enorme cruz se levanta en el norte de la ciudad.



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