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 sábado, 02 de diciembre de 2006  
Dosis mortal. Se afianzan las sospechas de un complot de los servicios secretos rusos
Un contacto del ex espía asesinado y su mujer, con intoxicación radiactiva
En ambos casos se halló polonio 210, la misma sustancia tóxica con la que fue envenenado Litvinenko

Londres.- Tras la muerte del ex espía ruso Alexander Litvinenko, los análisis realizados a su esposa y a un confidente que el agente de inteligencia conociera en un restaurante confirmaron la presencia de una sustancia radioactiva en ambos.

Mario Scaramella, experto en espionaje soviético, se reunió con el ex agente ruso el 1º de noviembre en un restaurante de sushi en Londres, el día en que éste comenzó a sentirse enfermo. Algunos reportes de la prensa habían insinuado que Scaramella podría ser sospechoso del envenenamiento del Litvinenko, pero el giro más reciente parecía descartar esa teoría y no ofrece una explicación clara sobre quién está detrás del homicidio. Litvinenko, quien también se entrevistó con dos rusos en un hotel de Londres el mismo día, creía que el Kremlin ordenó su muerte, una acusación que Moscú calificó de ridícula.

Scaramella dijo que durante el encuentro con Litvinenko sólo tomó un vaso de agua, que no comió nada. Los expertos se preguntan cómo pudo llegar a su cuerpo esa cantidad "preocupante" de polonio 210, según sus análisis de su orina. No obstante, de momento, Scaramella no ha manifestado ninguno de los síntomas que acabaron con la vida de Litvinenko, como vómitos o caída del pelo, aunque, según la BBC, dada la cantidad de polonio encontrada en su cuerpo, "existe una preocupación por su estado de salud".

Al parecer, durante la comida Scaramella le facilitó a Litvinenko nombres de las personas que podrían estar involucradas en el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya, también detractora del Kremlin, cuyo asesinato estaba siendo investigado por éste antes de resultar envenenado.

Asimismo, fuentes de la sanidad británica informaron de que una mujer adulta, esposa del ex espía fallecido también está contaminada con polonio, aunque precisaron que el nivel no es suficiente como para enfermar a corto plazo. Los rastros de esa sustancia radiactiva fueron localizados en un análisis de orina a la que se sometió Marina Litvinenko.


No es contagioso
El polonio 210 es un material muy tóxico una vez que entra al cuerpo. Pero para ser letal, debe ser ingerido, inhalado o inyectado. No puede causar la muerte por contagio, según los expertos.

En el caso sobre el envenenamiento mortal del ex espía ruso las sospechas que señalan a sus antiguos colegas en el servicio secreto ruso parecen cobrar fuerza, según la prensa británica. Scotland Yard considera "probable" que Litvinenko, quien murió a los 43 años, fuera víctima de un complot urdido por antiguos o actuales empleados del servicio secreto FSB, sucesor de la KGB soviética, informó ayer el periódico The Guardian.

Según la versión del rotativo, la policía británica descarta en este momento que el asesinato de Litvinenko haya sido encargado por el Kremlin y apunta más bien a un grupo de agentes disidentes en el Estado ruso. Los investigadores sospechan que sólo personas con acceso a laboratorios nucleares del Estado podían montar un complot tan sofisticado, añade el diario.

Más de una semana después de su muerte, ayer se realizó la autopsia del cadáver de Litvinenko con los forenses ataviados de trajes especiales por temor a la radiactividad.

La sospecha parece dirigirse ahora contra un grupo de al menos cinco rusos que el 1º de noviembre viajaron a Gran Bretaña para ver el partido de fútbol de la Liga de Campeones entre el Arsenal y el CSKA Moscú y que poco después abandonaron el país. Se cree que ese mismo día fue envenenado Litvinenko, quien murió tres semanas después en un hospital londinense. Según el Daily Telegraph, el polonio 210 probablemente cayó al suelo en la habitación del hotel donde estuvieron hospedados los asesinos. También se detectaron rastros de polonio 210 en aviones de pasajeros.
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El restaurante donde el ex agente ruso mantenía sus contactos.

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