|
sábado,
02 de
diciembre de
2006 |
Alumnos de San Lorenzo, contra la discriminación de su escuela
Son estudiantes de un establecimiento educativo denominado peyorativamente como “la ratonera”
Marcelo Abram / La Capital
“Ahora me arrepiento porque a mí me duele que me discriminen, y tal vez a otro le habrá dolido y yo nunca lo sabré”. Con esta frase de Leonela Magalí Durán se puede sintetizar el espíritu que reinó en la Jornada de Reflexión sobre Discriminación, organizada por el Equipo de Ayuda al Joven, que realizaron alumnos de la Técnica Nº 672 Remedios de Escalada de San Lorenzo.
A esta escuela asisten casi 600 alumnos, de los 8º y 9º años de la EGB y del polimodal, a los que se suma un 4º año debido a la reciente incorporación de una tecnicatura. La jornada se realizó en la sede de la institución, en Belgrano al 400, participó toda la comunidad educativa y en la misma hubo obras de teatro, talleres y espacios de reflexión en donde los alumnos se manifestaron sobre la violencia y la discriminación entre los jóvenes.
Una de las conclusiones pasó la definición que dieron los alumnos de la discriminación: “Una modalidad de pensamiento o de acción por la cual se diferencia a una persona de otra y se da trato de inferioridad a la misma”. Incluso los jóvenes se manifestaron como parte de una de las escuelas que es permanentemente discriminada en forma verbal en San Lorenzo. Se trata de la Técnica Nº 672, mal conocida como “la ratonera”, y se preguntaron ¿por qué la sociedad discrimina a una de sus instituciones?
La peyorativa denominación de “ratonera” estuvo siempre presente en los debates de la jornada. Así los alumnos recordaron que sobre esta escuela se sostiene que es a la que asisten mayormente “repetidores” o “alumnos con problemas de aprendizaje”. También se preguntaron por qué se naturalizan en una sociedad los actos de discriminación sin que nadie se pregunte qué se dice cuando, por ejemplo, se denomina despectivamente “ratonera” a una escuela.
En términos generales, la jornada lanzó un contundente “No a la discriminación y a la violencia” y un llamado a reconocer la igualdad en cuanto a “nuestra dignidad y a nuestros derechos, aunque en apariencia existan diferencias”.
Y en el documento final que suscribieron durante la jornada aseguran: “Si observamos a nuestro alrededor veremos una gran variedad de razas, religiones y culturas, pero siempre allí donde haya una persona, tendremos un ser humano que por supuesto es un igual. La igualdad es un principio que no apunta a eliminar la diversidad que pueda existir entre los hombres, sino a otorgarles los mismos derechos básicos. No existen personas de segunda categoría. Todos somos iguales en cuanto a nuestra dignidad y a nuestros derechos, aunque en apariencia existan diferencias”.
Dispuestos a revalorizar el rol de su escuela, los chicos realizaron una serie de entrevistas y encuestas a sus integrantes más antiguos. Descubrieron entonces que la escuela funcionaba en otro espacio físico, en un edificio antiguo pero histórico ya que fue la casa de Nazario Palacios, transfusionista de la Batalla de San Lorenzo, un aspecto desconocido por la mayoría de la comunidad.
El dato los llevó a otra conclusión: “Del desconocimiento de esta historia surgen nominaciones que perduran en el tiempo, por eso es importante considerar como se constituyó socialmente (ocultando su sentido originario) el término ratonera, como una forma de referirse a una escuela sólo por las características físicas de una ex casa particular precarizada por el paso del tiempo”.
La consigna final de la jornada fue “digamos no a la discriminación y a la violencia y, en lugar de levantar murallas que separan y dividen, construyamos puentes de unión y amistad”.
enviar nota por e-mail
|
|
|