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sábado,
02 de
diciembre de
2006 |
Una casa que cobijó hasta 300 mamás por año
La casa que cobijaba a las mujeres y sus hijos y que no se sabe qué destino tendrá ahora es inmensa, pulcra y modesta. En dos plantas se distribuyen dormitorios, baños, cocina comedor y espacios de juego. Un caserón que les cedió en 1965 el municipio a los sacerdotes de la congregación con la condición de que se concretara allí un Centro de Asistencia a la Comunidad.
"Veinte años después de esa fecha comenzó a funcionar el hogar. La idea apuntó más a las mujeres del interior, que por un máximo de ocho días podía encontrar aquí, desde las 18 y hasta las 9 del día siguiente, cama y comida. Pero luego la demanda obligó a hacerlo funcionar 24 horas y se llenó de mujeres de la ciudad, unas 300 por año y hasta con diez niños juntos", remarcó Jordán.
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