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 jueves, 30 de noviembre de 2006  
La condenaron por asesinar a su vecina

Una mujer de 40 años fue condenada a 8 años de prisión por asesinar de cinco puñaladas a su vecina de barrio Las Flores porque le recriminó que su hijo jugara a la pelota frente a su casa. Ante ese reclamo, la madre del menor tomó un cuchillo, cruzó de vereda y se trenzó en una feroz pelea con la víctima, gresca en la que también hirió a un nene de 11 años.

Ese reproche insignificante fue el que, en agosto de 2005, hizo estallar antiguos problemas de convivencia entre dos familias de Las Flores. La discusión desembocó en el crimen de Carina Giménez, una joven de 29 años que vivía frente a la casa de los agresores. Por su muerte fue condenada Alejandra Velázquez, a quien el juez de Sentencia Ernesto Genesio le impuso la pena mínima del delito de homicidio simple: 8 años. Esa condena vencerá el 5 de agosto de 2013.

La pelea se desató a las 20 del 5 de agosto de 2005 cuando el hijo de Velázquez, de 11 años, le fue a contar a su mamá que una vecina lo había retado porque se le cayó la pelota en la zanja, justo frente a la casa de la mujer, en pasaje Lirio al 1900. Entonces, acompañada de su marido, Alejandra tomó un cuchillo y fue a buscar a su vecina. Se insultaron, se tomaron de los pelos y mientras forcejeaban le aplicó cinco puñaladas.

La joven herida fue trasladada en un auto al Hospital Roque Sáenz Peña y desde allí al Hospital de Emergencias, donde falleció esa madrugada como consecuencia de las heridas. Junto a ella los médicos asistieron a su sobrino, de 11 años, quien al salir en su defensa en la pelea había recibido dos cortes leves en un brazo y fue dado de alta ese mismo día.


Puntazos en el piso
La hermana de Carina, quien presenció el crimen, le contó entonces a la policía que a su hermana la había atacado el matrimonio que vivía frente a su casa. La chica contó que su vecina y el marido, a quien conocían en el barrio como Pata de Churro, se acercaron a su casa y amenazaron con matar a Carina. En medio de insultos y gritos, según contó, a la joven la arrojaron al suelo y mientras el hombre le pegaba patadas "la mujer le arrojaba puntazos".

También una vecina que había visto la pelea relató que la pareja salió a la calle, cruzó hasta la casa de la víctima, se escuchó una discusión y luego "Alejandra tomó a Carina de los cabellos, la llevó a la vereda, sacó el cuchillo y le dio varias puñaladas".

Tras la agresión, la pareja se fue del barrio. La imputada, no obstante, se entregó a la mañana siguiente en Tribunales y dijo que todo se había iniciado con un intercambio de insultos. Aunque aseguró que había sacado el cuchillo para defenderse de los golpes y luego comprobó que estaba manchado con sangre. Entonces quedó detenida junto con su beba que tenía 8 meses y a la que estaba amamantando. Un día después fue detenido su marido, bajo la sospecha de haber instigado el homicidio. Pero luego él fue desvinculado y sólo la mujer afrontó la acusación por el asesinato.

Al cabo del juicio contra Alejandra Velázquez, el juez Genesio consideró "evidente que hubo una pelea previa" pero evaluó que "nada justificaba una reacción de tal magnitud. Es lógico que se representó la acción y quiso el resultado, por lo que obró con dolo directo". Por eso le aplicó una condena, aunque contempló como atenuantes su falta de antecedentes, su juventud y el contexto sociocultural en el que ocurrió el drama.
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