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jueves,
30 de
noviembre de
2006 |
La colonia de Gibraltar vota en referéndum sobre una mayor autonomía
Gibraltar/Madrid.- Los habitantes de la colonia británica de Gibraltar, ubicada en el sur de la Península Ibérica y reclamada desde hace casi 300 años por España, acudieron hoy a las urnas para decidir en un referéndum si aceptan una nueva Constitución que les otorgue un mayor autogobierno respecto a Londres.
Tras depositar su voto, el ministro principal de este diminuto territorio, el socialdemócrata Peter Caruana, manifestó que el objetivo de la consulta no es “buscar ni optar a la independencia, sino a la autodeterminación”.
Aunque el referéndum es considerado por las principales fuerzas políticas gibraltareñas precisamente como un ejercicio de autodeterminación, la consulta no cuestiona la pertenencia al Reino Unido de este istmo de apenas 6,5 kilómetros cuadrados y 30.000 habitantes, conocido también como el “Peñón” por la enorme piedra caliza que lo domina.
Más bien, el nuevo texto constitucional busca dotar de un mayor nivel de autogobierno a las autoridades locales y para ello restará competencias al gobernador de este pequeño territorio, designado por la reina Isabel II, en favor del Ejecutivo gibraltareño.
Así, la nueva Carta Magna, consensuada con Londres y que sustituirá a la de 1969, establece que el gobernador ya sólo será responsable de las relaciones externas, la seguridad interna y la defensa, así como de determinados aspectos de los servicios públicos.
Asimismo, el nuevo texto constitucional garantiza una mayor independencia judicial y prevé que las leyes que se aprueben en la Asamblea Legislativa de la colonia, que pasará a denominarse Parlamento de Gibraltar, no podrán ser paralizadas por los ministros británicos ni por el gobernador, salvo algunas excepciones.
La consulta tiene lugar seis semanas después de los “históricos” acuerdos de Córdoba, en los que España, Gran Bretaña y Gibraltar pactaron el uso conjunto del aeropuerto de la colonia, el pago de la actualización de las pensiones de los españoles que han trabajado en ella, y la mejora de las telecomunicaciones de la zona.
Para el gobierno español, el referéndum no es más que “un acto político” de las autoridades gibraltareñas hacia sus ciudadanos que no tiene “ningún valor jurídico”.
En este sentido, Madrid recordó que la Comisión de Descolonización de Naciones Unidas, el foro que establece el estatus jurídico de las colonias, atribuye a España y al Reino Unido la responsabilidad sobre el futuro de Gibraltar.
El quid de la cuestión es que la gran mayoría de los gibraltareños -un 99 por ciento- ya rechazó en un referéndum celebrado en noviembre de 2002 que España y Gran Bretaña puedan compartir la soberanía sobre esta colonia y apuestan, más bien, por la autodeterminación, pero bajo paraguas británico.
La historia del contencioso comenzó hace casi tres siglos, en 1704. En agosto de ese año, Gibraltar era ocupada por las tropas del almirante inglés George Rooke. En 1713, el artículo décimo del Tratado de Utrecht reconocía este territorio a la Corona británica para siempre, si bien una cláusula otorga a España la primera opción para recuperar la soberanía si Londres renunciara a ella.(DPA)
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