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domingo,
26 de
noviembre de
2006 |
Tácticas y estrategias para nuclear el año próximo a peronistas anti-K
"El presidente perdió y
quedó afectado por lo
sucedido en Misiones"
El ex senador Ramón Puerta trabaja en el armado de
un acuerdo opositor que enfrente al kirchnerismo
Daniel Leñini / La Capital
La noche en que el obispo Joaquín Piña ganó las elecciones misioneras pareció recuperar algo de oxígeno. Es que su rival peronista y antiguo discípulo Carlos Rovira lo había dejado fuera de combate en 2003, cuando lo barrió en las urnas y le arrebató la Gobernación. Hoy Ramón Puerta, ex senador, ex gobernador de Misiones y ex presidente de la Nación por menos de un día (tras la caída de Fernando de la Rúa), trabaja en el armado de un frente opositor que se le plante al kirchnerismo en 2007. Amigo de Mauricio Macri, desearía juntar al presidente de Boca con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna en el nuevo proyecto, más los restos del duhaldismo y otros justicialistas desencantados.
-¿Cuál fue su real participación en el triunfo de Piña?
-No me adjudico el triunfo de Misiones, y ningún político lo puede hacer. Fue la sociedad, dije. También dije, en la reunión que tuve con el obispo Piña allá por julio, que ningún político que tuviese expectativas para 2007 podía integrar la lista de convencionales del frente porque de inmediato lo complicaría, daría lugar a especulaciones. Y según ese criterio se conformó el Frente Unidos por la Dignidad (FUD). No he sido más que una doceava parte; digo doceava porque fuimos 12 los partidos o agrupaciones que le pusimos el paraguas al FUD.
-¿El presidente perdió en Misiones?
-Sí, y de hecho quedó afectado.
-¿Usted le cree a Kirchner cuando hace trascender que no se presentará a la reelección?
-Sí. Después de lo de Misiones creo que es muy probable que el presidente decline. A mí Néstor Kirchner me ha dicho, almorzando solos hace dos años en Madrid: "Prepárense porque se va a abrir la carrera para unos cuantos en 2007" porque él no iba a competir.
-¿Irá su esposa, Cristina Fernández?
-No veo otro postulante que no sea ella.
-Y ustedes programan la conformación de un frente multipartidario que enfrente a ella o al candidato del kirchnerismo. ¿Con quienes? ¿Macri, Lavagna, Sobisch?
-Dar nombres hoy conspira contra la construcción. Soy partidario de ir desarrollando las conversaciones y definir la redacción de unas pocas propuestas claras y profundas; no más de cinco puntos. Seguro de desempleo, división de poderes, libertad de prensa (hoy cuestionada), relaciones con el Uruguay y el mundo, seguridad. Lo que nos pueda aportar el ingeniero (Juan Carlos) Blumberg es muy importante. En cuanto a Uruguay, opino que si alguien se proponía cometer tantos errores del lado Argentino tenía que ser muy talentoso para plasmarlos.
-Ahora, ¿los rejuntados no restan credibilidad? ¿Hasta qué punto se pueden sumar dirigentes con pensamientos disímiles?
-Hay acuerdos que potencian y otros que debilitan. Si las bases de las propuestas son claras y los que conforman la coalición adhieren sin dobleces, el acuerdo es más que la sumatoria de las partes. La pregunta remite a la Alianza, por eso voy a ser claro y contundente también en lo siguiente: el frente electoral debe tener peronismo. Si no, en el ideario colectivo queda la sensación de que no hay gobernabilidad. En esa convicción, por ejemplo, es que no me considero anti-K. Sólo creo en una alternativa superadora.
-Usted, en ese frente, sumaría gobernadores algo distantes de Kirchner como Juan Carlos Romero (Salta) o José Manuel de la Sota (Córdoba).
-Por supuesto. Son valiosísimos. Hoy hay una corriente que pretende separar lo viejo de lo nuevo e instalar que quienes integran el primer lote son todos malos. Hay muchos más nombres de intendentes también valiosos pero me privo de nombrarlos para no comprometer los distritos que gobiernan. Hay mucho miedo.
-Ahora, el kirchnerismo está de un lado y otro grupo de peronistas, como usted y parte del duhaldismo, del otro. ¿Y el Partido Justicialista qué dice?
-El partido está intervenido y en un freezer. Por eso es que pedimos su pronta normalización. Sin partidos políticos activos se resiente la democracia. Yo veo a un presidente que descree de los partidos tradicionales pero que cuando era gobernador lo respetaba al PJ nacional como órgano de debate.
-Pero Menem también puso al PJ en la heladera cuando era presidente.
-Por eso prefiero hablar de la exitosa renovación de los 80. En los 90 se perdió el dinamismo y la separación entre el partido y el Estado. Ahora es la acefalía total. No queremos más de esto.
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"Tras lo de Misiones, es muy probable que el presidente no vaya por la reelección".
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