|
domingo,
26 de
noviembre de
2006 |
Fundación para la tartamudez: espacio de aprendizaje
La Fundación para la Tartamudez de Rosario tiene entre sus objetivos difundir conceptos actualizados acerca de este dilema de alta complejidad que afecta a muchas personas. En pos de este objetivo, durante este año organizó una serie de talleres para padres y familiares, orientados a tomar con naturalidad las disfluencias infantiles y cambiar la mirada social sobre el tema, basándose en el concepto de que la sabiduría consiste en saber qué hacer con lo que uno sabe.
La mayoría de los padres se quejan que viven acelerados o con poco tiempo de calidad para sus hijos, pero cuando piensan en sus objetivos de vida tienen muy claro lo que desean o planifican para su vida. Sin embargo, todos los días pasan cosas que funcionan como obstáculo para que esos deseos o planificaciones sean realidad. Lo importante queda bloqueado por lo urgente. Suelen confundirse las excusas con las razones para sostener algunas conductas.
No es necesario enseñar nada a los padres, sólo reflexionar juntos sirve para modificar conductas y lograr importantes mejoras en la comunicación familiar.
En general, cuando un niño está construyendo su lenguaje comete muchos errores en su fluidez. Duda, repite, se corrige, vuelve a empezar, se calla. Esta es una etapa muy rica y forma parte de la evolución del lenguaje y el crecimiento del niño.
La mayoría de los adultos siente la necesidad de corregirlos, enseñándoles "como se dice". En general se corrige alguna palabra o frase concreta dentro del intercambio verbal que están teniendo.
Ocasionalmente el adulto interpreta esos errores como diferentes, como acelerados o como tartamudos, y entonces sus indicaciones son "pensá antes de hablar, hablá más lento, respirá antes de hablar, habla más despacio y sin hacer fuerza".
Estas indicaciones no le indican cuál es el error ni qué es lo que debería modificar. Puede sentir que toda su habla está mal y esto es muy confuso para el niño, ya que siente que no debe hablar como lo está haciendo pero tampoco sabe cómo debe hablar. De esta manera su contexto social y familiar le confirma que es un mal hablante.
El niño se muestra más o menos fluido de acuerdo a las circunstancias. Por ejemplo, puede tartamudear mucho al hablar con su papá y nada al hablar con un hermano, un amigo o con su animal preferido.
Todo esto muestra que la tartamudez no está en la persona, en su organismo, sino en la situación discursiva entre las personas. Cambiar esta interpretación del oyente es hacer prevención en tartamudez.
Talleres para padres
Entre otros talleres efectuados durante este año, están los de juegos para favorecer la fluidez, coordinados por fonoaudiólogas de la Fundación, sobre una planificación creada por alumnas de los cursos regulares de formación que dicta la entidad de abril a noviembre; teatro y escritura para adultos, coordinados por el profesor Sergio Marinelli; para docentes y profesionales de la salud, coordinado por fonoaudiólogas de la Fundación; títeres y fluidez, para padres y fonoaudiólogas, coordinado por la titiritera Cecilia Piazza; plástica y fluidez, coordinado por la profesora Inés Segovia, y el taller para abuelos.
La Fundación para la Tartamudez atiende consultas abiertas y gratuitas todos los terceros jueves de cada mes. Para mayor información llamar a los teléfonos 155-410542/4242021/ 155-550138, e-mail: fundació[email protected]
María Cristina Peyrone
Fonoaudióloga
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
|