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 domingo, 26 de noviembre de 2006  
El centro de salud abandonará el martes su tradicional edificio para mudarse
Un bebé que habla después de 67 años
Antonio Rius es el primer rosarino que nació en la Maternidad Martin. Dos historias paralelas

Pablo R. Procopio / La Capital

Antonio nunca será uno más de los miles de bebés que nacen y seguirán naciendo en la Maternidad Martin. La tarjeta de alta del primer parto realizado allí lleva el nombre de su madre (María Esther Alex de Rius), una mujer que a los 34 años lo trajo al mundo convirtiéndolo en el primer chiquito dado a luz en ese trascendental edificio de la ciudad. Aquel "varoncito", como probablemente dijo la partera hoy tiene 67 años y el martes volverá a ser testigo de otro punto de inflexión en el sistema de salud de la ciudad: el traslado del efector hacia su nuevo ámbito de contención. Pronto, su historia se unirá con la del nuevo primer nacido. Por ahora habla sólo uno de los dos.

"Cada vez que paso por Rioja cruzando Moreno, fijo la vista en la maternidad y en segundos me imagino a mis viejos saliendo conmigo en brazos", representa Antonio Rius como soñando despierto.

Y desde que sabe de la mudanza, corre por su cuerpo cierta nostalgia. Por eso dice: "Si tuviera que elegir, la dejaría donde está". Aunque, reconoce que el traslado significa un avance de suma importancia.

Rius siempre supo que fue el primer bebé que llegó a la vida en la Martin. Su madre se lo dijo desde chico. Sin embargo, tras su nacimiento volvió a entrar al lugar recién después de 25 años para participar de un acto.

En diálogo con La Capital, pondera a su "vieja que era meticulosa". Guardó la tarjeta de egreso tras el parto; el documento que logró demostrar que él (y no otro) fue el primer nacido, y que sirvió para descubrirlo. Al parecer, en la maternidad no quedaban registros.

Y en virtud de seguir rememorando, también vuelve a su memoria una queja que su mamá repitió durante años. "Me dijeron que el primer varón nacido recibiría un regalo, pero nunca me lo dieron", cuenta que relataba la mujer al apuntar hacia "el segundo o tercer bebé -explica Antonio-" que sí habrían sido premiados. "En todos lados se cuecen habas", resume.

Psicólogo, Rius agradece la educación que le dieron sus padres, al igual que a sus cuatro hermanos (él es el del medio y quien le sigue, Luis, también nació en la maternidad el 25 de diciembre de 1944).

Los Rius vivieron su infancia cerca del centro de salud (Entre Ríos al 900) e incluso Antonio fue a la escuela de enfrente, Nº64 Riccheri (Moreno 965).

El alumbramiento del bebé, que pesó unos 3,2 kilos, se hizo "con fórceps", comenta antes de relatar algo que también le trasladó su mamá: la historia de la construcción del edificio que pasado mañana dejará de ser maternidad y se convertirá en otras dependencias de Salud.

El inmueble de Moreno 960 fue donado a la ciudad por Angela Joostens de Martin. Se construyó siguiendo características similares del Saint Mary Hospital de New York (Estados Unidos), hoy Clínica Mayo.

En aquel momento tenía una capacidad de 52 camas distribuidas en salas de 2, 4 y hasta 10 camas. Las habitaciones reunían la particularidad de tener a un costado cunas en forma de canasta que pudieran ser separadas con toda facilidad en cualquier momento.

La inauguración se realizó el 8 de julio de 1939, a las 11, y la historia clínica número uno data del 12 de septiembre de ese año. El primer director del efector fue Emilio Argonz.

El origen forma parte de las historias delictivas y mafiosas vividas en Rosario. Siete años antes de la inauguración fue secuestrado el hijo de uno de los matrimonios locales más ilustres de la época. Marcelo Martin desapareció de la esquina de Paraguay y Urquiza; pidieron por él un rescate de 250 mil pesos. Su madre, Angela, prometió entonces que si aparecía vivo donaría una maternidad a la Municipalidad de Rosario. Dos días después, el 10 de julio de 1939, el joven fue liberado por sus captores y la promesa se hizo realidad.

El día de la inauguración, las páginas de La Capital difundieron las bondades de la institución modelo. Una de las novedades que el diario destacó fue que las cunas con forma de canasta permitían "a las criaturas estar próximas a las madres", lo que hacía posible su aseo sin la necesidad de que las enfermeras se vieran obligadas a tocarlas "evitando todo contacto directo".

Hoy, las autoridades sanitarias pretenden destinar fondos provenientes del proyecto Urbal (otorgado por la Unión Europea) para reconvertir al efector en la "Casa de la promoción de la salud", donde se albergará al Promusida, Educación para la salud, y se dictarán, por ejemplo, los cursos para dejar de fumar. Por todo eso y, en función de la mudanza, el antiguo edificio permanecerá cerrado a partir del 10 de diciembre.

La nueva maternidad funcionará en el quinto y sexto pisos del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Cemar, San Luis y Moreno). De esta forma, se duplicará la capacidad instalada del centro de salud y se dispondrá de habitaciones con baño individual, cuatro salas de parto, dos quirófanos y mil metros cuadrados adicionales de superficie. En rigor, su puesta en marcha será el 15 de diciembre.

Los bebés que nazcan allí recibirán una yapa: tendrán como obsequio un CD con canciones de cuna a cargo de artistas locales y un combo de regalos en el marco del programa Ceroveinticinco, que impulsa la Secretaría de Cultura municipal.

Para una mejor estadía de los pacientes se incorporará un equipo de aire acondicionado de última tecnología con control de temperatura exclusiva.

De esta forma, ya se llevan invertidos tres millones de pesos en la obra civil de ambos pisos, mientras que en equipamiento se destinó otro millón y medio de pesos, financiados a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

"Vamos a ganar en calidad técnica, pero sobre todo en la atención de cada mujer", subrayó la secretaria de Salud municipal, Mónica Fein.

Una vez inaugurada, la maternidad quedará abierta al público para que todos puedan conocerla.
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El día de la inauguración de la vieja maternidad en 1939.

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