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 sábado, 25 de noviembre de 2006  
Se presenta esta noche con su sexteto en el teatro El Círculo
Chango Spasiuk: "Busco hacer cosas mucho más sutiles"
El músico dijo que no cree en el éxito y que considera que se lo reconoce por el modo de mostrar su obra

U. G. Mauro / Escenario

"Una compañía discográfica para la que grabé tres discos hace muchos años al comienzo de mi carrera, sacó un compilado que tituló «15 grandes éxitos de...», tomando cinco temas de cada disco. Yo no tengo ni un éxito pero estos tipos encuentran quince, al mejor estilo de Julio Iglesias. Tendría que enojarme, pero me divierto y me río muchísimo pensando en eso", declaró entre carcajadas el acordeonista Horacio "Chango" Spasiuk, quien hoy, a las 21.30, presentará los temas de su álbum "Tarefero de mis pagos", por primera vez en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza.

Spasiuk se presentará con el sexteto que integran Sebastián Villalba (voz y guitarra), Víctor Renaudeau (violín), Marcos Villalba (percusión), Marcos Núñez (guitarra), Juan Pablo Navarro (contrabajo y acordeón) y Juan Núñez (bandoneón).

-¿Te preocupa presentar cosas nuevas en cada show?

-En general, no me genero esas expectativas. A los temas de "Tarefero de mis pagos" ya los presenté, pero creo que la diferencia está dada porque esta vez no voy al aire libre sino a una sala y en esos lugares se crea naturalmente otro clima, y yo busco hacer cosas más sutiles.

-¿Trabajás más relajado?

-Sí. No se trata sólo cómo lo va a recibir la gente, sino también cómo se va a sentir uno, que pretende encarar el repertorio de otra manera, disfrutando del sonido al máximo y con otra pureza. Normalmente no pienso tanto en tocar un repertorio diferente porque no soy un músico que toca una vez al año o un par de veces y necesita mostrarse así. Cuando pienso en algo como lo de esta noche en Rosario busco una ilación más fina, pienso en un montón de armónicos que, por ahí, en un recital al aire libre, se pierden en el bullicio. Obviamente que tengo ganas de tocar canciones nuevas y composiciones, pero por tocar, no para ponerlas en la consideración de nadie, ni para mostrar. Voy a tratar de hacer un recital lo más acústico y cercano posible a algo camarístico. Este año hice muchas cosas de música para cine que quiero tocar en vivo.

-No sos un músico preocupado por lo meramente comercial. ¿Cómo te llevás con ese lugar común del periodismo que, en tu caso, diría: "Chango Spasiuk presenta los éxitos de su repertorio"?

-(Risas) Creo que estaría mal decir algo así, porque no produje ningún éxito," según lo que se entiende comúnmente por tal. A lo sumo, puedo presentar mi música. No quiero decir que esté mal tener éxitos; digo que hay diferentes lecturas y posiciones en lo comercial con la música. Me considero exitoso, pero en el sentido de que puedo llevar adelante mí búsqueda y porque estoy rodeado de admiración y respeto hacia mi trabajo, tanto en mi país como afuera.

-Sin embargo, tenés tu público y si fueras un rockero se diría que tenés tu tribu. ¿Qué es lo que más te piden?

-De la gente percibo una consideración favorable hacia algo que no se limita a una canción o a un disco, sino a la manera de mostrar lo mío, al modo de compartirlo, a la manera de construir un lenguaje y un mundo sonoro a partir de ese lenguaje. Creo que la gente manifiesta su aprobación a lo visual de un sonido, a que no permito que mi música se dirija a un público especial sino a gente permeable, sea donde sea, de la edad que sea, folclore o no. Y afuera es lo mismo; se valora la música, no el ritmo, su origen o su nombre.

-¿Tenés algún proyecto discográfico cercano?

-Estoy boceteando un futuro disco y recientemente terminé de hacer la música de una película de un director misionero, Gastón Gularte, que se llama "Detrás del sol", y estoy trabajando en otra, de otro misionero, Maximiliano González, que se llama "La soledad". En el disco "Tarefero..." está uno de los temas de esta película, "Mi pueblo, mi casa, la soledad" , a la que incluí porque la finalización de la película viene muy lenta. Este año que viene espero tener una actividad más intensa afuera. Los coletazos del último disco quizás me lleven a Estados Unidos, pero no proyecto nada.

-¿Adherís al pronunciamiento reciente de muchos artistas del Litoral que critican la banalización de la cultura chamamecera que hace poco se hizo en el espacio "Bailando por un sueño" del programa de Marcelo Tinelli?

-Casi no miro a Tinelli, pero me llegó información sobre esa queja. Me parece bien que se haya hecho una carta de repudio, pero no alcanza con eso. Hay que ver qué hace cada uno y no sé si sirve o no adherir, pero creo que sí sirve ver cómo llenamos los espacios de los que se dispone, con qué repertorio, con qué acciones. Desde que que estoy en el folclore, muchos ballets nacionales, provinciales, oficiales y privados hicieron alguna coreografía litoraleña con un cuadro costumbrista de la bailanta, con el comisario del pueblo y el borracho y lo demás y nunca nadie escribió ninguna carta. El de Tinelli es un programa que tiene mucha exposición, pero ¿qué hacemos mañana?, ¿qué hicimos antes, más allá de las cartas? No soy de tomar mucho partido colectivamente porque no quiero distraerme de lo que me corresponde hacer a mi por esas cosas.

-Sin embargo, siempre fue un tema que estuvo en tus declaraciones...

-Sí. Siempre hablo del chamamé, de las estéticas marginales y subestimadas, de la fragmentación de la Argentina de nuestro desconocimiento de nosotros mismos, pero para hablar de un maltrato a cierto género primero deberíamos pensar que nosotros nos maltratamos entre todos socialmente, que nos descuidamos... No quiero restarle importancia a lo que hacen los demás pero tampoco sé si hay una bandera para levantar. Se trata de controlar todas nuestras acciones como seres humanos y no una sola.
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El acordeonista de Apóstoles ofrecerá esta noche un recital que definió como "lo más acústico y carismático posible".

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