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 miércoles, 22 de noviembre de 2006  
El Roque Sáenz Peña, hospital modelo por sus acciones en la gestión de residuos

Clarisa Ercolano / La Capital

El Hospital Roque Sáenz Peña presentó un plan de acción para la futura eliminación de elementos e instrumental que contengan mercurio en todos los efectores municipales. La estrategia, diseñada por la bióloga Carla Figliolo, encargada de la unidad de investigación y desarrollo sustentable de la Secretaría de Ambiente de la Nación, junto a la responsable de la Campaña Salud sin Daño, fue seleccionada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras empresas privadas que se comprometieron con el proyecto. La campaña se enmarca en una serie de estrategias de manejo de residuos que se desarrollarán intensivamente durante un año.

El Roque Sáenz Peña fue elegido como hospital modelo dentro de los efectores Promin y junto a otros dos hospitales del país tendrá la responsabilidad de capacitar a otras instituciones hospitalarias de la ciudad y Argentina.

El objetivo del comité de gestión interna de residuos del hospital y de la Secretaría de Salud Pública municipal es trabajar en estrategias para la eliminación del mercurio en todos los hospitales de la red municipal.

La contaminación por mercurio, sustancia presente en termómetros y tensiómetros, entre otros elementos de uso hospitalario, es capaz de provocar patologías bien definidas en los seres vivos y en el medio ambiente. El ingeniero Daniel Alfano, coordinador del Programa de Gestión de Residuos Municipal, recordó que desde 1998, la ciudad trabaja en el manejo de residuos y dentro de ese marco, abordó a los originados por los centros de salud. "Lo que fue una experiencia piloto en un principio, luego se organizó como estrategia de trabajo al resto de los efectores del área municipal, y hoy todos los hospitales y el Cemar tienen un programa de gestión de residuos bajo los mismos lineamientos". Según Alfano, estos programas se centralizan en la bioseguridad, la mejora de las condiciones laborales, la optimización de recursos y la aplicación de criterios ambientales en las instituciones de salud.

"Hay que tener presente que en una organización de salud se manejan residuos donde es preciso identificarlos, principalmente aquellos que son compatibles con los domiciliarios, pero con manejo diferencial, y por otro, los peligrosos, que pueden generar infecciones o contaminación tóxica en contacto con los seres humanos", ejemplifica el ingeniero. "Todos tienen características diferentes y distintos grados de peligrosidad para la salud", apunta.

"Sería una contradicción que una institución que brinda salud genere daños a la comunidad", abunda el especialista. El mercurio es un contaminante global ya que se expande con facilidad. "Primero se busca proteger al personal de salud que está en contacto con elementos que lo contienen, sobre todo por inhalación, pero apuntamos al reemplazo progresivo del mercurio por equipos digitales".

Al momento de hacer una evaluación, Alfano cree que el programa local, cotejado con otros que se desarrollan en el país, "es altamente positivo. El mayor éxito es haber desarrollado y mantener en funcionamiento equipos de gestión de residuos en todos los efectores municipales, con trabajadores instruidos en plena actividad, para que estos cuidados se hagan, con el tiempo, una costumbre".
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El proyecto del hospital rosarino prevé la eliminación de instrumental con mercurio.

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