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 miércoles, 22 de noviembre de 2006  
"Logramos que se vea la persona que existe detrás de la obesidad"
Andrea Politti dijo que "Cuestión de peso" ayuda a jerarquizar los valores humanos

Pedro Squillaci / La Capital

Andrea Politti pasó de ser la hija del actor Luis Politti a ganarse un lugar como actriz. De allí mutó a la conducción y ahora, en "Cuestión de peso", envío que se emite de lunes a viernes a las 15, por Canal 3, se tomó tan a pecho su trabajo que hasta se convirtió en activista social. Fue ella quien lideró el Abrazo al Congreso de la Nación para pedir la sanción de La ley para el tratamiento y prevención de la obesidad.

El objetivo de la cruzada es lograr que la obesidad sea reconocida en las cartillas médicas como una enfermedad. Más allá de eso, Politti se come -vaya paradoja- el programa. "El logro de «Cuestión de peso»les que se ve gente luchando por un estado de salud, pero primero se ve la persona, y eso es lo más importante para mí", comentó a LaCapital la animadora.

La estrella del ciclo es Cecilia "Chechu" Rolle, rosarina, de 34 años, quien bajó 60 kilos desde el 15 de marzo, cuando entró al programa. "Es un personaje", dijo Politti sobre Chechu, quien encabezó la marcha como una de las insignias de la causa de "Cuestión de peso".

-¿Te sorprendió ver la movida que se generó con "Cuestión de peso"?

-Estoy conmovida por el abrazo al Congreso, sí, superó mis expectativas, fue algo muy emocionante, que fue mucho más que mi trabajo en la conducción y el programa. Fue fuerte hacer TV y sentir que sirvió para algo, y nada más ni nada menos que para la salud.

-¿Te sentís cada vez más afirmada en el terreno de la conducción?

-El primer trabajo de conducción que hice fue antes de "Doce corazones" y se llamaba "Una para todas". Pero ya, en "Confesiones de mujeres de 30", en teatro, hacía una improvisación con el público y a partir de ahí empezó a nacer esto de la conducción, de guiar, de entretener, de llevar. Me surge de una manera muy natural, me divierte, me relaja. Descubrí una faceta de mi vida después de una época en la que había actuado mucho. Y aunque quiero seguir actuando, creo que abrí una puerta muy linda.

-La actriz se ve detrás de la conductora. ¿Lo hacés premeditadamente?

-Premeditadamente no. La verdad es que me suelto, cuando uno hace un trabajo así tenés que fluir, sino te sale muy cuadradito, muy armadito, y no queda bien. Tenés que ser auténtica más que nunca.

-¿Es muy diferente el trabajo de conductora al de actriz?

-Sí, absolutamente. Cuando llevás un programa en la conducción, es la misma sensación que cuando te subís a un auto y vos sos el que maneja. Llevás un programa, dejás que las cosas pasen pero no sos el centro, esa es la sensación. Vos tenés un tema, un contenido y guias un vehículo por donde uno lo quiera llevar. Es una sensación muy agradable. Actuar es diferente porque hacés un acto más introspectivo y creativo a través de un personaje, de una faceta humana y ajustado a una historia, a un texto, a un momento, un aquí y ahora.

-¿Extrañás la adrenalina que te producía la actuación?

-Sí, totalmente, tengo muchos deseos, pero más que extrañar siento que se me renovaron las ganas. Estaba un poquito cansada de actuar, quizá fue porque los papeles que uno desea hacer no son los que te ofrecen.

-En "Cuestión de peso" se te ve muy consustanciada con el proyecto. ¿Cómo vivís el día a día con la problemática de los obesos?

-Me pasan muchas cosas. Cuando estoy en el programa me olvido que son gordos que están adelgazando. Porque lo que veo son personas encantadoras que luchan por una enfermedad. Ese es el mayor logro del programa, que la gente deja de ver los kilos, y ve el tema central de salud. Ese costadito que la gente podía sentir de discriminación o prejuicio se hace a un lado y se ven otras cosas. Se ve una persona luchando por un estado de salud, que se nota en su físico obviamente, pero se ve la persona, y eso es lo más importante para mí.

-¿Televidentes y participantes no tenían claro antes del programa que la obesidad era una enfermedad?

-No, para nada, fue a partir del programa que tomaron conciencia que la obesidad es una enfermedad que ataca a cualquier persona. Y que sería el caso opuesto a la anorexia, que ya está aceptada como una enfermedad.

-¿No hay una obsesión por la estética?

-Sí, desde muchos años se instaló un fanatismo por verse bien, flaco, joven, divino, alto, rubio. Eso llegó a enfermar a mucha gente, ponía peor a los que no podían adelgazar, y se fueron borrando los verdaderos valores de una persona, si sos una buena mamá, un buen amigo, inteligente, solidario, si podés cultivar tu sabiduría espiritual. Son tantas facetas las del ser humano y tan hermosas e interesantes como la propia estética.

-¿Te preocupa el rating?

-El rating te da estabilidad laboral, desde ese punto sí me preocupa. Si va bien tengo trabajo y si va mal te quedás afuera. Lo que más me preocupa es que la gente vea el programa, que se convenza, que la propuesta sea digna. Después, lo de los puntos es más una guerra entre canales que una situación personal.
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Andrea Politti y la rosarina Chechu Rolle lideraron el abrazo al Congreso.



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