Villa La Angostura: aventura y delicias gastronómicas

Leonardo Freidenberg

La combinación de lagos, ríos y montañas que ofrece Villa la Angostura hace que quienes la visitan sientan que están en un paraíso terrenal. La tranquilidad sumada a la belleza del paisaje son los rasgos más característicos de esta ciudad neuquina. Pero no es sólo un lugar para descansar y admirar cualidades naturales: los turistas también pueden aventurarse en numerosas actividades por agua, tierra y aire.

Ubicada en el sur de la provincia de Neuquén, a 45 kilómetros del límite con Chile por el paso cardenal Samoré y a 76 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Bariloche, recibe el nombre de Villa la Angostura por el istmo o "angostura" de la Península de Quetrihué.

Esta aldea de montaña de catorce mil habitantes cuenta con pequeños e importantes establecimientos hoteleros de atención personalizada y la cordialidad de sus pobladores, que la convierten en un centro turístico de primer nivel. Quienes deseen hospedarse tanto en hoteles como en hosterías, deberán reservar con antelación ya que la demanda es tan alta como los numerosos atractivos que ofrece la villa.

Una opción que tiene muchos adeptos es el alojamiento en campings de Villa la Angostura. Todos cuentan con servicio de agua caliente las 24 horas, quincho y salones de usos múltiples. Algunos, además, brindan la posibilidad de hospedarse dentro del predio en cabañas.

En gastronomía, el cordero patagónico, el ciervo, el jabalí y otras carnes de caza son manjares que los visitantes no deberían dejar de degustar durante su estadía en Villa la Angostura. Los amantes del pescado tienen también su oportunidad de regocijarse con alguna de las tantas recetas que incluyen trucha y salmón.

En Villa la Angostura se puede disfrutar de un sinfín de actividades al aire libre, algunas más arriesgadas que otras. La navegación a vela es una interesante propuesta para compartir en familia. Se puede visitar Isla Victoria, (Puerto Anchorena o Piedras Blancas), Bosque de Arrayanes, Brazo Machete, entre otros. Existen excursiones de medio día, día entero y de dos días.

Los apasionados por la pesca pueden aventurarse en embarcaciones que recorren el lago Nahuel Huapi en busca de truchas marrones y arco iris que superan los dos kilogramos. Es un lago de mucha profundidad y muy baja temperatura que cuenta con el aporte de ríos muy importantes: el Correntoso, el Machete, el Bonito, y el Limay.

Los cristalinos lagos y ríos de la ciudad ofrecen un marco único para la práctica del canotaje. Durante la travesía, el turista descubrirá playas e islas desiertas y paisajes paradisíacos.

Claro que no todas las actividades son sobre el agua, los amantes de las "visiones elevadas" y los recorridos al estilo Tarzán tienen una excursión a su nivel, el canopy, que consiste en recorrer un circuito sobre plataformas montadas en las copas de los árboles, mediante tirolesas, cuerdas y pasarelas que permiten observar el ambiente sin alterarlo. Las plataformas están unidas por cables de acero por donde el turista puede tirarse y recorrer distancias de 30 a 300 metros, según los tramos, y a un promedio de 23 kilómetros por hora. El momento más alucinante es cuando se llega a un mirador construido en la copa de un ciprés centenario, el único ejemplar de este fantástico trayecto de 1400 metros, desde donde se puede ver la inmensidad del Correntoso.


Típico e imperdible
Villa la Angostura posee paseos tan característicos que es un pecado no realizarlos. Uno de ellos es el Camino de los Siete Lagos, un paraíso con bellos paisajes y densos bosques de coihues. Este recorrido de 110 kilómetros, que va desde Villa la Angostura hasta San Martín de los Andes, comienza con una imagen del lago Espejo y de la cabecera norte del Correntoso. Más adelante aparecen los lagos Escondido, Villarino y Falkner. Otros lagos de este circuito son el Hermoso y el Machónico. Al final del trayecto el viajero llegará a San Martín de los Andes, a orillas del lago Lacar.

Otra posibilidad en la zona es el Bosque de Arrayanes ubicado dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi. Una de las innumerables bellezas que presenta la flora son las cortezas de color canela y las flores blancas. Venados y huemules forman parte de la fauna característica.

Los amantes de los paseos largos pueden adicionar a su ruta de viaje los 62 kilómetros, necesarios para llegar a la localidad de Villa Traful donde los turistas podrán disfrutar caminatas por sus pintorescas callecitas y arribar al muelle de pescadores que asombra por su panorámica vista del lago Traful.

El mayor atractivo para los ojos se obtiene en la cima del Cerro Monje o Penitente, que gracias a su altura tiene una vista imponente: el lago Traful en toda su extensión, la Cordillera de los Andes con su cadena de volcanes y hasta el casquete de hielo del volcán Lanín (del lado argentino) y el Villarrica (del lado chileno).

La tranquilidad sumada a la belleza del paisaje son los rasgos característicos de esta villa.