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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
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Los sonidos del silencio
Miles de archivos de audio tomados en la ciudad forman un banco de datos que apunta a ser una memoria de Rosario
Ellos caminan la ciudad. Siempre atentos. Y en algún momento quedan inmóviles. Están grabando. Son integrantes del proyecto "Sonidos de Rosario", un banco de datos sonoro que hace pocos días estrenó su sitio en internet (www.sonidosderosario.com.ar).
"En nuestro mundo urbano, del que se dice habitualmente que está dominado por la cultura de la imagen, se despliega una red de relaciones entre silencios y sonidos que se podría considerar casi infinita, inagotable", señalan los integrantes del proyecto, cuando se ingresa al sitio en la web.
El material reunido es el resultado de años de trabajo. Adolfo Corts es su mentor, aunque el audio más antiguo se logró de la mano de la radio Aire Libre. "En 2001, salimos a grabar sonidos de la ciudad para hacer identificaciones radiales, porque el eslogan era «estamos cerca, hacemos radio»", explica.
Esa experiencia, que luego se concretó junto a la voz de Quique Pesoa, permitió reunir gran cantidad de material que daba cuenta de distintas situaciones en la ciudad. "Una vez que se logró lo que necesitábamos me hice la pregunta sobre qué destino darle a los archivos acumulados. Era un desperdicio que quedaran guardados; armamos un CD, pero nos dimos cuenta que igual seguían siendo de acceso restringido, entonces surgió la posibilidad de armar una página en internet", detalla Corts.
Vendedores voceando sus productos (como por ejemplo, un yo-yo), el ambiente de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno, los goles de Central y Ñuls, pero también los sonidos de las plazas, parques o museos son parte de la oferta.
"Sonidos de Rosario" es un banco sonoro, abierto y donde los materiales pueden descargarse en forma gratuita. "La idea es que lo pueda aprovechar la gente que trabaja en los medios pero además los chicos en las escuelas", dice Corts en diálogo con Señales, conversación que por supuesto fue grabada por el experto.
Si el río suena...
Desde lo conceptual, Corts prefiere evitar que se ubique al proyecto dentro de la antropología, aunque algunos de los integrantes del grupo tengan relación con esa disciplina. "Es como una memoria sonora de la ciudad, no es el sonido de la ciudad", advierte Corts. Junto a él trabajan Diego Colomba, Griselda Cardozo, Celeste García Esponda, Luciano Ominetti y Alejandro Crespo.
En la página de internet está cargado tan sólo el 10 por ciento del material logrado desde 2001 que ya suma 1.500 archivos. Lo que se escucha es sonido original, aunque editado, ya que muchas veces son horas de grabación para que luego aparezcan tan sólo diez segundos.
"El gol de Ñuls, por dar un ejemplo, fue tomado en más de dos horas de grabación, en un partido contra Gimnasia, en la fecha anterior a que saliera campeón en Avellaneda (2004)", describe Corts.
Las grabaciones son tomadas con un equipo simple, pero que pasa inadvertido. Es como un pequeño grabador, llamado minidisc, que lleva un micrófono también chico. "Nos metemos en todas partes, nunca tuvimos problemas, en negocios, oficinas públicas, da igual. El tema es que hay que quedarse quieto para no desvirtuar el sonido, y a veces uno queda medio expuesto", cuenta el especialista que de hecho tomó el audio en la redacción de La Capital, donde permaneció inmóvil casi un minuto ante la mirada atónita de más de uno.
La versión en internet recién comenzó a rodar pero está concebida para que los usuarios también puedan cargar su audio. "Lo que pedimos es que se contacten con nosotros porque así los guiamos sobre cómo tratar el material", aconseja Corts.
En los archivos capturados se pueden escuchar diversos sonidos pero también ruidos. Y ese es un problema de las grandes ciudades. "El ruido es siempre un sonido no deseado -señala-, donde el llanto de un bebé es algo particular para sus padres pero puede transformarse en un ruido insoportable para un vecino".
Según Corts, Córdoba se asemeja más a Buenos Aires en su sonido, "porque tienen un tránsito similar y avenidas anchas, mientras que en Rosario el río marca un perfil".
Hacia dónde avanzará el proyecto no es por estos días una preocupación del equipo de trabajo. Lo más importante es que el banco sonoro se mantenga, funcione y, en todo caso, crezca. "Lo que hacemos es contener un sonido, capturar el presente que ya es pasado, en un lapso que es nada. Tras la intención que luego ese archivo de audio dispare una imagen en el que lo escuche", define el sonidista. Silencio, esta vez a la historia la escriben los sonidos.
L. S.
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Objetivo. La ciudad es el campo de investigación del proyecto "Sonidos de Rosario".
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