Entrevista. El senador nacional radical por Santa Cruz traza una radiografía política del presidente

"Kirchner bajó las reelecciones pero no tocó la de su provincia"

Alfredo Martínez dijo que el presidente no opera por razones democráticas sino por tácticas políticas

Walter palena / La Capital

Alfredo Fredy Martínez (UCR) es senador nacional por Santa Cruz. Desde la apertura democrática, en 1983, tuvo que lidiar en más de una oportunidad con el apellido Kirchner, y en una de ellas salió victorioso. Fue en 1995, cuando se presentó a la reelección como intendente de Río Gallegos y triunfó sobre Alicia Kirchner, la candidata del peronismo. Si bien tiene una trayectoria propia y un reconocimiento de sus colegas, Fredy sabe que es imán para los periodistas por pertenecer a la provincia del presidente. "Tenemos un vicegobernador en ejercicio, pero a Santa Cruz la sigue gobernando Kirchner desde la Casa Rosada", lanza como primer dardo.

El senador santacruceño estuvo en Rosario para disertar sobre "Crisis energética" en la departamental rosarina de la UCR. Martínez, mientras dialoga con La Capital, muestra cierta sorpresa por el grado de independencia del periodismo local, alejado de la contaminación a fuerza de chequera y pautas publicitarias oficiales que imperan en la Capital Federal.

-Hace poco, en un programa de televisión, usted dijo que a los argentinos les faltaba conocer el 50 por ciento de Kirchner. ¿Cuál es la parte que desconocemos?

-Ahora faltaría saber el 25 por ciento. La actitud, por ejemplo, que Kirchner tuvo acompañando la reelección indefinida de Rovira, en Misiones, era parte de lo que faltaba conocer del presidente. Poco a poco se va descubriendo.

-Se habló y se habla de que Kirchner opera con un círculo político muy cerrado. ¿En Santa Cruz también funcionaba así?

-Lo que vemos a nivel nacional es una experiencia en grande de lo que implementó en Santa Cruz. El núcleo de decisión lo integran Kirchner, su esposa, Cristina, y Carlos Zannini, el secretario Legal y Técnico. Después tenemos actores que ocupan también niveles superiores, como el caso de Julio De Vido. El ministro de Planificación es un hombre que siempre le ha manejado la caja al presidente. Lo hizo en la provincia y lo hace ahora en la Nación. Todo lo que es el manejo de los planes sociales está depositado en su hermana Alicia. Otro aspecto importante es el manejo de la información con la gente que ha puesto en la Side. Primero Acevedo, después Icazuriaga. Pero el que realmente maneja la inteligencia del gobierno es Paco Larcher, el segundo en el escalafón de la Side. Esta son las patas en las que se apoya Kirchner para construir poder.

-A De Vido se lo acusa permanentemente por hechos poco claros. En eso, Carrió hizo escuela. ¿Cuánto hay de cierto y qué pruebas tienen para aportar?

-Como diría un amigo mío: "No tengo ninguna prueba pero tengo la total certeza de que esto ocurre". Pero no sólo Carrió hizo denuncias. Cuando con Giustiniani compartimos la comisión de Obras Públicas en Diputados, hicimos varias presentaciones. Lo mismo hizo Stolbizer contra el secretario de Transporte, Hugo Jaime, por el manejo de los subsidios. Pero sabemos que la Justicia en el país no es muy independiente que digamos.

-Hay, sin embargo, gestos positivos del gobierno en este tema.

-Es que después del papelón de Misiones, vemos que empiezan a tener actitudes progresistas, como el proyecto de Cristina para reducir la Corte a cinco miembros. Pero esto no se hace por un convencimiento democrático o de calidad institucional, sino que son mecanismos tácticos para recuperar la agenda y la iniciativa política. De pronto también ordenan bajar todos los proyectos reeleccionistas de otras provincias, pero Santa Cruz no se toca. Es más, en nuestra provincia tenemos un vicegobernador a cargo (Carlos Sancho), pero quien sigue gobernando Santa Cruz es Kirchner, y no lo digo metafóricamente. Cada vez que hay un conflicto serio en la provincia, los ministros van a resolverlo a la Casa Rosada.

-¿Qué hay de mito o de verdad sobre las propiedades que Kirchner tiene en Santa Cruz?

-Antes de asumir como intendente de Río Gallegos, tenía cerca de 25 propiedades y luego fue incrementando su fortuna. Hoy, una de las casas más fastuosas de la ciudad es propiedad de él. En El Calafate tiene una residencia envidiable. Más, el código de edificación de esa ciudad tuvo modificaciones para que nadie pueda construir nada entre la casa de Kirchner y el lago. Pero aún hoy sigue siendo un misterio su fortuna personal.

-¿Tan misteriosa como los famosos fondos de Santa Cruz?

-La provincia recibió más de 1.100 millones de dólares, y nos dijeron que hay 440 millones en el Banco de Santa Cruz. Pero ahora hemos descubierto que la entidad tiene una cuenta en Suiza; es decir que está allá. Pero lo más asombroso es que cuando pedimos información, los bancos suizos mandaron documentación a una dirección en Capital Federal. Cuando fuimos a ver, correspondía a una oficina de Aldo Ducler, una persona que está acusada de lavar dinero.

-¿Qué antecedentes tiene Kirchner para hacer una cerrada defensa de los derechos humanos?

-En la provincia, ninguno. Cuando fue gobernador, nunca recibió a los organismos de derechos humanos. Aparte, mandó a reprimir a los empleados municipales cuando fue intendente de Río Gallegos. Otra vez, cuando los mineros de Río Turbio hicieron una huelga, mandó a una fuerza de choque. Recorriendo diarios de la época, se pueden encontrar discursos contra los piqueteros. Como dicen ustedes los periodistas, ningún político resiste un archivo.

-¿Cómo explica que Kirchner haya impuesto su estilo de manera rápida en el país y en su provincia le costara bastante?

-Lo explico por una sencilla razón: Kirchner es el primer presidente del peronismo que sube con una economía en crecimiento. Ni siquiera Perón tuvo esa suerte. Hay una bonanza económica, que es saludable, pero que le permite al presidente sentarse sobre una caja realmente muy importante. Eso, más un escenario internacional favorable, hizo que Kirchner instalara rápidamente su estilo político en todo el país.

Martínez dice que Kirchner sigue gobernando su provincia desde la Casa Rosada.