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domingo,
19 de
noviembre de
2006 |
Historias
Friedman, el
Chicago's padre
Hasta último momento, Milton Friedman fue un defensor del libre mercado y lo dejó en claro en su última primavera con vida, al quejarse en Alemania de la creciente influencia del estado en Europa occidental.
El enemigo más acérrimo de todas las izquierdas del mundo, Premio Nobel y el ex jefe supremo de la escuela de Chicago, murió el jueves a los 94 años.
Pese a que siempre fue considerado el profeta del monetarismo nunca le simpatizó la etiqueta de "monetarista" aunque estaba resignado a que tenía pocas posibilidades de quitársela.
A pesar de las críticas de que el libre juego de la oferta y la demanda, que la lealtad al sistema conservador cuesta más cara a los pobres que a los ricos, perjudicando su bolsillo, Friedman es considerado uno de los principales economistas del siglo XX.
Desde sus inicios, Friedman combatió las teorías de John Maynard Keynes acerca de que la economía puede ser corregida y guiada de forma exitosa mediante la intervención estatal.
Uno de los postulados del economista para acabar la inflación, consistía en que la actividad monetaria no aumente más rápidamente que la producción de bienes y servicios y el Estado ajuste el cinturón para ejecutar programas sociales, sean o no necesarios.
Legendariamente fue considerado el ministro oculto durante el gobierno de facto del general chileno Augusto Pinochet, aunque siempre lo desmintió diciendo que fue profesor de muchos alumnos que luego formaron parte del gobierno chileno.
En el tiempo de influencia política, por los años 70, Friedman se refirió a las experiencias monetaristas argentinas, chilenas y uruguayas, alegando que en estos países no se instrumentaron correctamente sus políticas económicas y por eso se embarcaron en la recesión.
Para Friedman la gran falla del ministro de Economía durante la dictadura militar, José Martínez de Hoz, fue no complementar con mercados libres el monetarismo, ya que por si sólo este no es una solución.
En este sentido, en una de las posiciones "salvajes" del catedrático conservador, dijo que el Fondo Monetario Internacional debe ser desmantelado porque la función para la cual fue creado desapareció con las tasas de cambio fijas, entre 1971 y 1973.
Friedman había anticipado, con gran repercusión internacional, el fracaso de los planes antiinflacionarios heterodoxos de la Argentina, Brasil e Israel, explicando que a su criterio las regulaciones temporarias no pueden reemplazar a las medidas de fondo en cuanto a efectividad para combatir la suba de precios.
A su vez, el economista estadounidense, con su programa para frenar el incremento de los precios en Israel, inspiró el plan antiinflacionario de Domingo Cavallo en 1991.
Friedman nació en Nueva York en el seno de una familia inmigrante humilde. Sus padres habían llegado de la antigua región europea de Besarabia. Al morir su padre, Friedman, de entonces quince años, debió salir a trabajar para mantener a su familia. Gracias a una beca pudo estudiar años más tarde economía en la Universidad de Rutgers y luego en la de Chicago, donde siguió dando clase hasta 1983.
Friedman y los monetaristas ganaron gran influencia en los años 70 y 80 al considerar a la masa monetaria el factor principal en el desarrollo de los precios y la coyuntura.
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