Año CXXXVII Nº 49297
La Ciudad
Política
Economía
Opinión
La Región
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Educación
Estilo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 12/11
Mujer 12/11
Economía 12/11
Señales 12/11
Educación 11/11
Chicos pero grandes 11/11
Salud 08/11
Página Solidaria 08/11
Autos 26/10

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 18 de noviembre de 2006  
El permanente conflicto armado con la guerrilla dificulta las tareas de control
El terror oculto de las minas en Colombia
Tres personas resultan mutiladas cada día en el país por estos explosivos, casi imposibles de combatir

Patrick Markey

Cocorna, Colombia. - Una botella de cerveza y un detonador hecho con una jeringa fue todo lo que los guerrilleros necesitaron para fabricar la mina que acabó con la carrera militar de Andrés Restrepo, a los 23 años. Cuando el explosivo destruyó su pierna derecha, Restrepo se convirtió en uno de los tres colombianos mutilados cada día por minas, una estadística que hace a Colombia el número uno del mundo con víctimas por este tipo de armas. "Yo era el número 17 en la fila. Dieciséis de mis compañeros pasaron encima de la mina y no la activaron. Yo estaba entre los últimos y la pisé", dijo Restrepo en un hospital militar en Medellín.

La violencia del conflicto de Colombia ha caído gracias a una campaña del presidente Alvaro Uribe, apoyada por EEUU, que busca contener una insurrección guerrillera de más de cuatro décadas y atacar el enorme comercio de cocaína, pero ha generado acusaciones sobre abusos militares.

La confrontación causa la muerte o desplaza a miles de personas cada año, y en varias regiones de Colombia agricultores pobres, niños y soldados mueren o quedan mutilados por las minas caseras, un terror oculto en las zonas rurales controladas por guerrilleros izquierdistas. Sin embargo, la solución se complica por la lucha. Los guerrilleros siguen sembrando minas en zonas selváticas y montañosas para contener el avance de las fuerzas armadas en una persecución como de gato y ratón, aseguran expertos. "La existencia de un conflicto vivo, implica que diariamente en alguna parte del país están sembrando minas", dijo Alvaro Jiménez, de un grupo local contra estos artefactos. "Nadie va a invertir recursos en quitar minas de este territorio sin tener la certeza de que mañana no vendrá un sujeto a sembrar más", explicó.

El informe de Monitoreo de Minas, hecho por la campaña internacional para prohibir el uso de esos artefactos, informó de 7.328 víctimas en todo el mundo el año pasado, aunque los expertos estiman que el número podría ser más alto.

En Colombia, minas caseras elaboradas con latas y botellas ocultas en árboles, ríos y caminos mataron o hirieron el año pasado a 1.100 personas, según el Monitoreo de Minas, la cifra más alta de todo el mundo. Hasta el 1º de noviembre pasado, 204 colombianos murieron y 748 más fueron heridos por minas durante este año, según reveló el gobierno colombiano.


Trampas mortales
Más de la mitad de las víctimas de Colombia son soldados. Pero en las pequeñas aldeas rurales, como en el departamento de Antioquia, al noroeste del país, y uno de los más golpeados por minas, los niños quedan mutilados mientras trabajan en el campo y los campesinos trasladan su ganado. Familias enteras han sido mutiladas escapando a los frecuentes combates entre guerrilleros y el ejército o a las amenazas.

Cerca de la aldea de San Lorenzo, las tropas y los tanques colocados en los postes a lo largo del camino a través de las colinas verdes, algunas horas fuera de Medellín, son un recordatorio de la campaña de seguridad de Uribe para enviar a las fuerzas armadas a recuperar el control del país.

Pero el ejército puede hacer poco contra el peligro oculto de las minas y para ayudar a residentes como María Consuelo Giraldo, quien perdió a su esposo y a su hijo por esta clase de artefactos, o para Diego Clavijo, de 11 años, mutilado mientras cazaba con su padre.


Control y frustración
"No tenemos idea de cuantas personas mueren en las montañas víctimas de un accidente y si las entierran ahí mismo", dijo la directora de derechos de la gobernación de Antioquia, Rocío Pineda. Más de tres cuartos de los gobiernos del mundo firmaron la Convención de Ottawa, que prohíbe el uso, almacenamiento, producción y transferencia de minas. Pero grupos armados ilegales como la guerrilla son ahora los principales culpables del uso de estos explosivos.

Uribe recibió millones de dólares de EEUU en ayuda militar para luchar contra las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que comenzaron como un ejército de campesinos en los años 60 luchando por las desigualdades sociales en Colombia. Washington considera a las Farc como un grupo terrorista que se financia con el tráfico de drogas. Como Uribe ha expulsado a las guerrillas de áreas urbanas y rutas claves, las tropas gubernamentales en las selvas y montañas están más expuestas a las minas empleadas por la guerrilla como su principal defensa.

Los activistas antiminas dicen que los rescates en helicópteros y la asistencia médica proporcionada a los militares contrasta notablemente con las víctimas civiles que a menudo no cuentan con la suficiente ayuda. (Reuters)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
Un nuevo escándalo salpica al gobierno




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados