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 sábado, 18 de noviembre de 2006  
Cuba: los jóvenes cambian la revolución por las comodidades del capitalismo
Si bien comparten los ideales castristas, quieren mejores oportunidades laborales y mayor libertad de expresión

Vanessa Arrington

La Habana. - Cuba afirma que la revolución de Fidel Castro será eterna. Pero la camada envejecida de los líderes que dedicaron sus vidas a construir una utopía comunista en esta isla del Caribe deberá inevitablemente ceder su lugar a nuevas generaciones... y los jóvenes cubanos no parecen compartir su celo revolucionario. Existe una profunda desconexión entre el mundo de esta generación más joven y la ideología que ven reflejada en la prensa oficial. Después de 47 años de gobierno de Castro, muchos jóvenes dicen que están cansados de la política y que la retórica oficial no concuerda con su realidad.

Sueñan con menos propaganda y más comodidades materiales. "Tenemos esperanza de que mejore... No siempre puede estar así", comentó sobre la situación económica Israel Cuesta, de 24 años. Uno de los muchos interrogantes que enfrenta Cuba es si el puñado de líderes que reemplaza a Castro, de 80 años y enfermo, podrá superar esta apatía.

Muchos cubanos jóvenes por cierto apoyan el sistema actual, participando activamente en la Unión de Jóvenes Comunistas y respondiendo a los esfuerzos del gobierno por nutrir una nueva generación de líderes. Pero otros se resisten a la fórmula. Los límites a la libertad de palabra se encuentran entre sus reclamos más insistentes.


Prohibido MTV y CNN
El restringido acceso a internet por lo general sólo es posible mediante centros y universidades gubernamentales, y los cubanos se arriesgan a enfrentar multas y confiscación de equipos si conectan ilegalmente las bandejas de satélite para ver las transmisiones televisivas de MTV o CNN. "Me siento ciego y manipulado", dijo un hombre de 30 años que sólo quiso identificarse como Luis por temor a perder su empleo en un instituto de arte estatal.

El énfasis en la igualdad social y la autonomía de EEUU son genuinamente populares entre los jóvenes. Aprecian además la red de seguridad que impide que la mayoría de los cubanos pase hambre o viva sin techo, al igual que un ambiente sociable en el que los extraños interactúan constantemente y se ayudan mutuamente. Y han heredado el profundo sentido de orgullo de sus padres y sus abuelos de ser cubanos.

Pero lo que más quieren parece ser el cambio. "Quiero más tecnología, estar en un lugar que sea más avanzado", dijo Tony, un productor musical de 20 años con cabello largo y brazalete de cuero negro con tachuelas.

Si bien la generación mayor equipara la revolución castrista con oportunidades, la gente más joven siente que carece de opciones, y no puede concebir de qué modo serán capaces de ganar suficiente dinero como para vivir bien. Los cubanos más jóvenes pueden asistir a la universidad gratuitamente, recibir una completa atención médica y escuchar conciertos de música de categoría mundial a un costo mínimo. Pero también tienen pocas oportunidades de alquilar o comprar sus propios departamentos, conseguir un automóvil o ganar más de 15 dólares mensuales.


La crisis del 90
Cuesta, que trabaja como lavaplatos en un elegante hotel turístico de La Habana, recuerda vívidamente la pobreza dramática durante el "período especial" en la década del 90, cuando el desplome de la Unión Soviética y el fin de sus subsidios precipitaron a Cuba a una grave crisis económica. Las bicicletas reemplazaron a los automóviles y los cubanos empezaron a adelgazar mientras desaparecían la gasolina y los alimentos. Los salarios perdieron su valor de la noche a la mañana. Eran comunes los apagones de hasta 16 horas diarias. "No había nada", dijo Cuesta. "Mucha gente empezó a decaer monetariamente. Dejó de ser lo que era antes".

Ese período produjo "expectativas frustradas" para los jóvenes cubanos, dijo Damián Fernández, un cubano-estadounidense que dirige el Instituto de Investigación Cubana en la Universidad Internacional de la Florida. "La escasez económica, y el cierre de oportunidades, han afectado claramente a esta generación".

Cuesta dijo que la situación está mejorando, pero que muchos de sus amigos se han ido de Cuba de todos modos. "Quieren adquirir más cosas que aquí es difícil de encontrar, como un televisor de color, un DVD", explicó.

Los que se van reflejan la brecha generacional: el 28% de los 2.150 cubanos repatriados en 2005 después de haber sido interceptados en el mar tenía menos de 25 años y la mayoría estaba en el rango de 25-45, según la sección de intereses estadounidenses en La Habana. Apenas el 6% tenía más de 45 años.


"Es mejor allá"
"Todos queremos irnos por la Yuma", dijo Eduardo, de 15 años, utilizando el término popular cubano para designar a EEUU, citando desde la mayor paga hasta la mayor cantidad de parques de diversiones. "Es mejor allá".

Quienes recuerdan la vida bajo el dictador Fulgencio Batista alientan temores más vívidos sobre un retorno al capitalismo. Díaz Rojas, procedente de un pueblo de la costa, acredita a Castro haber abierto puertas que estaban cerradas antes de la revolución de 1959, permitiéndole estudiar en la capital y graduarse de maestra. Muchos cubanos de mediana edad también confían en el actual modelo de gobierno, parcialmente porque experimentaron una vida satisfactoria en la década del 80 cuando los salarios eran más que suficientes bajo el generoso apoyo de la Unión Soviética.

Ahora que Castro está marginado por una enfermedad, la posibilidad de cambio está en el aire. Los cubanos jóvenes confían en que el actual gobierno colectivo encabezado por Raúl, hermano de Castro, imponga menos reglas y produzca una economía más vibrante. Los que quieren quedarse en la isla dicen que los haría felices aun cambios menores. "Queremos ser más libres", afirmó Yoansy Herbaz, de 21 años. Y agregó con una sonrisa "que las discotecas bajen sus precios". (AP)
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Ocio en el Malecón. Los jóvenes fueron influenciados por el turismo.

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