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domingo,
05 de
noviembre de
2006 |
Rugby: Duendes es el campeón del Litoral
Pablo F. Mihal / La Capital
Dentro de la cancha, donde verdaderamente se ganan los campeonatos, Duendes demostró porqué es el mejor: tuvo jerarquía en el juego y un tremendo amor propio. Ayer mostró, como lo hizo en todo el campeonato, una inquebrantable fuerza mental y por sobre todas las cosas mucho convencimiento, atributos que lo llevaron a diferenciarse del resto y a ser hoy el nuevo e indiscutido campeón del Torneo Regional del Litoral.
A lo largo de la temporada, el verdinegro había demostrado estar un escalón por encima del resto. Tuvo un arranque muy bueno donde cosechó una cantidad de puntos considerable que luego le permitieron "hacer la plancha" para acelerar nuevamente en la etapa de definición.
Fue un equipo que fue de menor a mayor y mostró lo mejor en las últimas diez fechas, corrigiendo errores y aceitando un mecanismo que por momentos tuvo la precisión de un relojero.
Frente a Jockey se vio un Duendes en su máxima expresión. La diferencia final (29-12) pudo haber sido aún mayor si el verdinegro no dilapidaba las claras ocasiones que tuvo.
Como en toda final, se esperaba un partido luchado, de dientes apretados. En esa escena previsible el campeón primero ganó la vehemente pulseada física con los forwards y pronto empezó a establecer diferencias a través de la velocidad y el oportunismo de sus backs. El primer try del Monito Bianchi, tras un pasamanos de la línea que fue tan letal como perfecto, es el mejor ejemplo.
Dueño de la pelota, con el correr de los minutos supo bloquear las capacidades de su rival de turno a través del tackle y la presión. Manejó los tiempos y los ritmos del partido. Hizo su juego y más allá del nerviosismo propio de una final llevó su libreto hasta las últimas consecuencias con una devoción casi religiosa. Cuando tuvo que jugar, lo hizo; y cuando tuvo que dormir el partido no dudó. Nunca se vio desbordado.
En el complemento, cuando Jockey se vio obligado a salir a descontar, esperó el momento justo para dar la estocada final. Tras un kick cruzado de Giordano, la pelota le quedó servida a Román Miralles, quien se sacó la marca de encima y de palomita empezó a bajarle el telón a la tarde.
Cerca del final el try de Memo Preumayr sólo sirvió para las estadísticas porque ya hacía rato que el partido tenía dueño. No obstante, Duendes lo certificó en los instantes finales con un penal y un soberbio drop de Miralles que desató el ansiado festejo.
Para el verdinegro el título tuvo un sabor especial ya que en los últimos años si bien siempre fue protagonista en los momentos de definición, falló en la puntada final. De hecho en las tres últimas finales siempre quedó ahí, pero lo bueno es que nunca traicionó su estilo y su forma de pensar el rugby. Por eso este año, el de su cincuentenario, la vuelta olímpica en su propia cancha fue la merecida frutilla del postre. El sueño del fantasma esta cumplido: Duendes campeón.
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Fotos
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El plantel verdinegro que se quedó con el título.
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