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 domingo, 29 de octubre de 2006  
Unos 126 millones de brasileños eligen hoy presidente y diez gobernadores
Lula va a las urnas confiado en conquistar una cómoda reelección
Los últimos sondeos le asignan una irreversible ventaja de más de 20 puntos sobre su rival socialdemócrata

Brasilia. - El presidente Luiz Inacio Lula da Silva ganaría hoy la reelección según todos los pronósticos, tras sortear aparentemente airoso un escollo diferente al que hace cuatro años amenazó su llegada al poder. En la segunda y definitoria ronda electoral, el mandatario enfrentará al socialdemócrata Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) como el rival al que Lula venció en 2002. Unos 126 millones de brasileños están inscriptos para ir a votar hoy por un presidente y diez gobernadores.

Con una ventaja de más de 20 puntos en las encuestas de intención de voto, Lula pareció recuperarse de la zancadilla que sufrió de su propio Partido de los Trabajadores (PT), que le impidió ser reelecto en la primera vuelta, el 1º de octubre.

Lula, ya con tono de vencedor, realizó ayer una caminata con militantes del PT para saludar a electores en la región industrial de Sao Bernardo do Campo, en San Pablo, cuna de su militancia sindical y política.


"Bendición de Dios"
"Yo les confieso que estoy satisfecho con la campaña, creo que la segunda vuelta fue una bendición de Dios. Fue necesario que sucediera para que el pueblo pudiese tener una definición mejor de los proyectos que estaban en disputa en Brasil", manifestó confiado el presidente. "Conseguimos en la segunda vuelta juntar todas las fuerzas políticas que quieren un país más democrático, con desarrollo económico y distribución de renta", agregó. "Fue por eso que no paré de crecer en las encuestas, todos los días yo crecía un poquito y mi adversario caía un poco", agregó. "Ahora tengo una misión: desarrollo, distribución de renta y educación de calidad", manifestó, anunciando sus objetivos para un virtual segundo gobierno.

En la votación del 1º de octubre el presidente obtuvo el 48,6% de los votos válidos, contra 41,6% de su rival, con una ventaja mucho menor a la que prevén los sondeos para el domingo.

Pero Alckmin, un médico y ex gobernador del estado de San Pablo de 53 años, no se dio por vencido y en Río de Janeiro, también en una caminata para saludar a electores, algo permitido por la legislación, confió en su triunfo. "Ahora es que se va a consolidar el voto. Sentimos en la calle una onda de vuelco. La población está consciente de que Brasil precisa cambiar", dijo a periodistas. "Estoy sintiendo en la calle mucha confianza y esperanza", agregó.

Un cuarto y último debate televisivo que cerró la campaña en la noche del viernes apenas sirvió para la reiteración de acusaciones y exposición de logros, sin que Alckmin aportara elementos nuevos contundentes para un cambio de rumbo. "Fue David contra Goliat, un fuera del gobierno, sin la máquina del gobierno, enfrentando a la máquina del gobierno", se quejó el desafiante tras la confrontación ante las cámaras aludiendo a la batalla proselitista.


Escollo diferente
Lula, un ex líder sindical de origen humilde, logró sortear hace cuatro años la desconfianza de los inversores con un discurso más moderado para llegar al poder, desde donde adoptó una política económica ortodoxa. La ya esperada intención de Lula de buscar la reelección sufrió un revés a mediados del año pasado, cuando surgieron evidencias de financiamiento irregular de campañas por el PT, también acusado de un esquema de sobornos a legisladores.

El carismático presidente, quien nunca fue personalmente involucrado, logró recuperar su popularidad, fundamentalmente entre las capas más humildes de la sociedad brasileña, y parecía encaminarse a un triunfo en primera vuelta.

Pero la difusión de fotos de fajos de dinero incautados a miembros del PT que pretenderían comprar un dossier perjudicial para el PSDB, dos días antes de la votación, le impidió ganar la requerida mayoría absoluta el 1º de octubre.

En un último intento de mantener vivo el crítico tema, Alckmin reiteró en el debate del viernes su pregunta a Lula: "De donde vino el dinero del dossier". Pero el tema pareció agotado y ante las cámaras el mandatario retomó su estilo irónico, y citó a un ex procurador general, quien habría afirmado que la corrupción era antigua. "En el momento que metimos la aguja y comenzamos a exprimir, comenzó a salir la pus porque nosotros resolvimos combatir la corrupción", afirmó, insinuando que el anterior gobierno del PSDB de Alckmin la había escondido. Más de 125 millones de brasileños están habilitados para votar en la elección presidencial. Además se elegirán gobernadores en 10 de los 26 estados de Brasil.


Preparan festejos
Lula concurrirá a las urnas como elector en la mañana de hoy, y después aguardará el escrutinio en su departamento de Sao Bernardo de Campo. No confirmó si participará de la fiesta que su partido prevé realizar en la Avenida Paulista al término de la votación: "Primero vamos a vencer las elecciones", señaló.

El nuevo presidente de Brasil asumirá el cargo el 1º de enero para un mandato de cuatro años. "La expectativa es la mejor posible...Espero que el pueblo brasileño sepa, de forma madura, tomar su decisión el día 29. Estoy tranquilo", dijo Lula la madrugada de ayer al concluir el último debate de los candidatos en la televisión.
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Cierre de campaña de los partidarios de Lula por las calles de San Pablo.

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