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domingo,
29 de
octubre de
2006 |
Para todo el mundo
Aunque el Papa ayer se dirigió a los obispos de Irlanda, que tuvo uno de los peores escándalos de abusos sexuales de la Iglesia, sus palabras resonarán en otras partes del mundo, como en Estados Unidos.
Un escándalo de un sacerdote pedófilo que surgió en Boston en el 2002 se extendió a casi todas las diócesis católicas estadounidenses, con varios curas acusados y teniendo que pagar sumas multimillonarias a decenas de víctimas.
Los archivos de la Iglesia Católica de Estados Unidos han revelado también que algunos obispos cambiaron de destino repetidamente a sacerdotes acusados de abusos a menores en lugar de informar a la policía.
La arquidiócesis de Los Angeles se confiesa abiertamente de sus pecados desde 1930 hasta el 2003 a través de su página web. En ella se especifican todos los casos de abusos sexuales cometidos en California por sacerdotes católicos a menores.
En total, los documentos divulgados por primera vez en estas semanas detallan los abusos cometidos durante los últimos 75 años por 245 miembros de la diócesis más importante de Estados Unidos, con cinco millones de católicos a su cargo.
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