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 domingo, 29 de octubre de 2006  
Benedicto XVI calificó de "crímenes enormes" los abusos de curas pedófilos
El Pontífice dijo que "son profundos" los daños infligidos a la Iglesia Católica y que hay que esclarecer lo ocurrido

Benedicto XVI considera que es "urgente" restaurar la confianza en la Iglesia ante los escándalos de abusos sexuales a menores de edad en los que están involucrados sacerdotes, y ha pedido esforzarse para "establecer la verdad" de lo que ocurrió y adoptar "cualquier medida que sea necesaria" para evitar que se repitan esos "crímenes atroces".

En las primeras declaraciones sobre los casos de abusos sexuales desde que sucediera a Juan Pablo II como Papa, Benedicto XVI afirmó que los daños infligidos por los abusos sexuales son "profundos".

El Papa, en declaraciones inusuales sobre este delicado asunto, dijo que la Iglesia necesitaba establecer la verdad sobre los abusos y asegurarse de que los "principios de Justicia se respetan plenamente".

Benedicto expresó su tajante posición sobre la cuestión al recibir ayer en la Santa Sede a la Conferencia Episcopal de Irlanda, país en el que la Iglesia Católica ha padecido numerosos escándalos sexuales.

"En el ejercicio de vuestro ministerio pastoral, habéis tenido que responder en los años recientes a numerosos casos de abuso sexual de menores. Son tanto más trágicos cuando el abusador es un clérigo", afirmó el Papa.

Explicó que "es importante esclarecer lo ocurrido en el pasado para adoptar las medidas que sean necesarias para evitar que suceda de nuevo, para asegurarse de que los principios de la Justicia se respetan y, sobre todo, para proporcionar una curación a las víctimas y a todos los afectados por estos crímenes atroces". "De este modo, la Iglesia de Irlanda se fortalecerá", añadió.


Un duro informe interno
El prestigio moral de la Iglesia en Irlanda, la asistencia a misa y las solicitudes de ingreso en los seminarios han mermado drásticamente desde 1994, fecha en la que salió a la luz el primer escándalo importante en el que estaba implicado un cura que provocó la caída del gobierno del primer ministro Albert Reynolds.

"La buena labor y dedicación caritativa de la gran mayoría de sacerdotes y religiosos en Irlanda no debería verse empañada por las transgresiones de algunos de sus hermanos", precisó El Papa. "Estoy seguro de que la gente entiende esto, y continuamos respetando a estos clérigos con afecto y estima", añadió.

El Pontífice también hizo referencia al futuro político del Ulster y aseguró que reza para que "los esfuerzos de aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar conducirán a la creación de una sociedad marcada por un espíritu de reconciliación, respeto mutuo y deseo de cooperación por el bien común de todos".

El pasado mes de marzo, un informe del obispado de Dublín indicó que más de 100 sacerdotes de su diócesis habían sido acusados o eran sospechosos de abusar sexualmente de 390 menores de edad desde 1940. Estas cifras fueron el resultado de una investigación interna, que analizó 5.600 expedientes de religiosos.

Hasta la fecha, de los 105 casos tramitados por la Justicia irlandesa contra 32 clérigos, 65 se solucionaron fuera de los tribunales, lo que costó a las autoridades eclesiásticas de Dublín 4,1 millones de euros en concepto de acuerdos extrajudiciales y 1,7 millones para cubrir los gastos de abogados.

En mayo de este año, Benedicto XVI exigió al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, investigado por abusos sexuales a seminaristas, que renunciara "a todo ministerio público" de su actividad sacerdotal y llevara "una vida discreta de oración y penitencia".

Esta decisión, según observadores vaticanos, supuso un giro completo respecto a lo que se venía haciendo hasta entonces, donde se imponía el silencio o el simple alejamiento, incluso en los casos en que se verificaba que hubo abuso.

Por otro lado y en relación con el Papa, el primado católico de Inglaterra y Gales, cardenal Comac Murphy O'Connor, se quejó recientemente a la BBC por un programa que acusaba a Benedicto XVI de haber ocultado los escándalos de pederastia en el seno de la Iglesia.

El documental, titulado "Crímenes sexuales y el Vaticano", afirmaba que Joseph Ratzinger, cuando aún era cardenal, promovió una ley del silencio sobre tan escabroso tema. Se citaba un documento, "Crimen sollicitationis", escrito en 1962, y en el que se daban al parecer instrucciones a los obispos sobre cómo hacer frente a las acusaciones de abuso de menores.

Los autores del reportaje pidieron al padre Tom Doyle, ex abogado eclesiástico despedido del Vaticano precisamente por haber criticado su gestión de la crisis, que interpretara el texto.

Doyle señalaba que en él se invitaba a los obispos a encubrir los casos de abusos sexuales, reforzando así el control vaticano en lugar de preocuparse de las víctimas.

Según los representantes de la Iglesia Católica, el documento en cuestión no se refería directamente a los abusos de menores, sino de modo más general a los abusos del confesionario. (Reuters y DPA)
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El Papa recibió ayer a la Conferencia Episcopal de Irlanda.

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